Sergio Torrijos Martínez
528 páginas, nada menos. Una cantidad de paciencia acorde a esa cifra. Tal paciencia para poder escribir lo que sigue, aunque me podría haber ahorrado todo ese tiempo, puesto que desde el comienzo te das cuenta de lo que va a ocurrir y cómo va a ocurrir, pero la honestidad se impone y para criticar o hablar de algo hay que haber pasado por la obligatoria lectura.
Antes de nada debo explicar cómo llega este ejemplar a mi poder. ¿Casualidad? ¿Premeditación? ¿Alevosía? Ni idea.
De hecho apareció en mi buzón, me lo envía la editorial, puede que intentando agradarme sin reconocer que no aguanto al noruego. Para mí, el peor escritor noruego de género.
Siendo tan malo, muchos se preguntarán cuál es el secreto de su éxito. Pues si preguntan eso ya somos dos, porque desconozco que pueda tener semejante éxito literario. Puede que salve alguna novela, pero de la larga serie de Harry Hole ni me acercaría al 10%, es cierto que he pasado por alto una buena cantidad de novelas, tengo paciencia pero no soy masoquista.
Intentando reflexionar sobre el éxito del autor, sin llegar a comprenderlo en absoluto, sólo puedo asegurar que Nesbo mezcla novela clásica nórdica con novela de bolsillo americana. Pero esa novela de bolsillo es de la peor clase, la de asesinos en serie, malvados sin piedad, muy del estilo Patterson, el inventor de ese subgénero. Le suma que Hole tiene cierta querencia por la barra del bar, pero es un bebedor sin la gracia de lo que describía Block y alejadísimo de lo divertido que es el alcohol en Crumley.
Y ya la investigación es una mezcla entre lo típico del género nórdico y esos saltos en la investigación, seguramente para dar impacto, muy típicos de la novela de kiosko, y ojo, que soy un gran seguidor de la novela de lance, siempre que sea buena, pero aquí estamos en la peor variante de esa literatura.
Ya sabemos de qué va, un asesino en serie, en Noruega debe haber una densidad de asesinos en serie en la fría península nórdica, y el único capaz de detenerlo será el aclamado/despreciado Hole, por eso se le llama para que vuelva de su retiro a atrapar al asesino. Y ya está formado el argumento: crímenes terribles, policías geniales y acción.
La novela de kiosko es corta, típica para llenar el tiempo en un viaje. Esta es un tocho cuya extensión es absolutamente injustificable, salvo por el propósito de castigar al lector. Me gustaría disfrutar de novelas de este estilo, hay tal cantidad que es abrumador intentar siquiera seguir las novedades, pero no puedo ni con el autor, ni con el personaje ni lo que intenta dibujar. Me parece todo de bajo nivel, sin novedad de ningún tipo.
Y ya termino de hablar de esta novela y de este señor. Le pondría el título del más americano de los escritores nórdicos y me quedaría tan ancho.
Eclipse
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