Ricardo Bosque
Hace ya cuatro años, Antonio Mercero nos sorprendía -en un género en el que ya parece estar todo inventado- con una estupenda novela, El final del hombre, en la que su protagonista, el policía Carlos Luna, deja atrás su antigua identidad y, nuevo DNI en mano y peluca rubia o morena en la cabeza según la ocasión, se presenta como Sofía Luna. Sofía tuvo continuidad un año más tarde en otra no menos estupenda novela, El caso de las japonesas muertas.
Mercero cambia ahora de protagonistas pero no pierde la originalidad a la hora de desarrollar tramas policiacas. En Pleamar nos encontramos con una pareja de policías -el inspector Darío Mur y la subinspectora Nieves González- envueltos en un caso en el que las víctimas de un secuestro son las hermanas Martina y Leonor Müller, dos famosas influencers montadas en el dólar gracias a los vídeos que, semanalmente y bajo el nombre que da título a la novela, suben a Youtube, red en la que cuentan con millones de seguidores.
Pero, aun secuestradas, las hermanas no pueden faltar a su cita semanal de todos los jueves y, días después de su desaparición, sus fieles seguidores son testigos del asesinato de la mayor de ellas. ¿Secuestro y crimen real o truco publicitario en un mundo en el que todo vale por conseguir más likes que la durísima competencia encarnada por otras estrellas de las redes sociales tan jóvenes como ellas?
A Darío el asunto le queda grande: cincuentón y enamorado de la literatura clásica, no comprende cómo pueden triunfar libros titulados Instagrameando el amor o cómo una cuadrilla de críos sin ninguna formación intelectual -incluso en algunos casos haciendo gala de su ignorancia supina- pueden forrarse anunciando en vídeos estúpidos todo tipo de productos, casi siempre relacionados con el mundo de la moda, y servicios de ocio: restaurantes, hoteles, destinos vacacionales…
Doblemente grande podríamos decir, pues, en el plano personal, el inspector es padre divorciado de una adolescente sumamente problemática con la que es incapaz de entenderse y a la que tiene que rescatar, en más de una ocasión, del calabozo en el que está retenida por altercados callejeros, borracheras…
Nieves, por el contrario, parece más versada en el asunto ya que tiene una sobrina de once años seguidora precisamente de las Pleamar además de ser aficionada a las citas a través de redes como Tinder y similares.
El autor desarrolla la trama de un modo impecable, poniendo ante el lector a toda una nómina de posibles sospechosos -por una parte, los padres de las muchachas, un cirujano plástico que atiende a todo tipo de celebridades y una tertuliana habitual de programas del corazón; por otra, sus rivales youtubers, representantes y fotógrafos- y sus posibles motivaciones en una novela tremendamente ágil que te impide soltarla de las manos una vez la has abierto. El desenlace del caso, muy correcto y plausible, algo a lo que un lector avezado en el género podrá llegar por sus propios medios incluso un poco antes que los policías.
El final, sorprendente e impactante como pocos, de los de quitarse el sombrero.
Dice la biografía del autor impresa en la solapa de la novela que los derechos de las dos obras protagonizadas por Sofía Luna han sido vendidos para una adaptación televisiva. No hay dos sin tres: Pleamar, vista en la pantalla, tendría el éxito asegurado.
Pleamar
Antonio Mercero Alfaguara