«Offshore», de Petros Márkaris, por Noemí Pastor

Noemí Pastor

Ya está la docena

Offshore es ya la novela policiaca ¡número doce! del escritor griego Petros Márkaris. Pertenece a la serie del detective ateniense Kostas Jaritos, un policía del siglo pasado, incapaz de introducir un pendrive en un ordenador e incapaz también de despegarse de la realidad política de Grecia, pues no le queda más remedio que vivirla desde dentro, siempre con un punto de escepticismo y recelo.

Jaritos se ha pasado ya unas cuantas novelas con un pie en una familia normalísima (pero no por ello carente de interés) y entrañable y otro pie en un trabajo frenético y absorbente.

El propio Márkaris declaró a la prensa, cuando aún se encontraba escribiendo esta obra, que quizás no le saldría una novela policial, sino de ciencia ficción. ¿Por qué? Ahora lo sabréis.

¿Buenas noticias para Grecia?

Tras la tetralogía sobre la crisis griega, en Offshore Márkaris imagina para su país un futuro en el que una fuerza política emergente, el Partido Nacional por el Cambio, formado mayoritariamente por antiguos “cuadros políticos que habían acabado asqueados de las intrigas dentro de sus partidos”, arrasa en las elecciones, forma gobierno (¿de qué me suena a mí todo esto?) y devuelve al país una recuperación económica que plantea, no obstante, demasiadas preguntas (¿De dónde viene todo ese dinero?, se interrogan a menudo los personajes) y puede no ser más que ilusoria.

En este contexto sin embargo esperanzador, unos extrañísimos asesinatos que se suceden con rapidez hacen que el bueno de Jaritos se vea desbordado. Decidido a investigar por su cuenta, vuelve a meterse en líos y pone en peligro su hasta ahora nada brillante carrera, al enemistarse con sus nuevos (¿nuevos?) jefes. Pero, claro, el ser detective literario es lo que tiene, que no puedes aceptar las versiones oficiales.

Costumbrismo

Una de las cosas que más me gustan de esta saga son las escenas caseras de Jaritos, las intrascendentes charlas familiares, las reuniones sociales intergeneracionales, la cocina tradicional griega. Y en este aspecto Offshore no defrauda.

Márkaris confiesa haberse inspirado en su propio padre a la hora de crear al detective y en su propia madre para el personaje de su esposa Adrianí, tan maruja ella y a la vez tan lúcida. Por si fuera poco, para la hija de ambos, Katerina, se inspiró en su propia hija; y se nota: se percibe el calor, la debilidad y el cariño.

Márkaris no solo no puede evitar vivir pegado a la realidad política de su país, sino que también quiere vivirla intramuros, entre las paredes de las casas de las familias griegas, en sus sofás primorosos frente al televisor y en las mesas de los comedores. Quiere prestar atención a lo aparentemente banal, que no lo es, a lo que hace la gente común, toda ella rozada, tocada o hundida por la crisis.

En 1995, mientras escribía un guion para una serie televisiva, Márkaris se introdujo con apasionamiento en la vida diaria de la clase media griega y ese interés se ha mantenido en todas las entregas de la saga Jaritos. Así, lo que sucede en los noticiarios tiene su eco en Adrianí, en el propio Kostas, en Katerina y sus vaivenes laborales. Porque Márkaris es un convencido (y yo también lo soy) de que los grandes acontecimientos económicos y políticos no son tales si una familia no habla de ellos durante la cena.

Extraterritorial

Así nos dice la Fundéu que debemos traducir “offshore” al español. Referido a una empresa, también vale decir ‘con ventajas fiscales’, ‘inscrita en un paraíso fiscal’ o simplemente ‘en el extranjero’. En otro tipo de contextos, también es posible traducir “offshore” como ‘de alta mar’ o ‘frente a la costa’.

Ese título tan lacónico resulta, sin embargo, muy revelador, de manera que desde la mismísima portada del libro sospechamos que algo negro se cuece en Grecia; en una Grecia olvidada que ya no ocupa las portadas de ningún medio y en la que solo se habla de dinero, hasta el punto de que ya poco importa de qué color sea.

Esa sospecha nos acompaña a lo largo de toda la novela y se resuelve (no diré cómo, para espoilear lo menos posible) hacia el final, cuando Márkaris se acoge al recurso narrativo del informador anónimo, el garganta profunda que por fin explica cuál es la verdadera situación del país y a quiénes se debe.

No es, pues, lo que se dice un final tranquilizador, sino más bien lo contrario, más bien desasosegante, pues hace que acabemos planteándonos todavía más preguntas que al principio.

Con todo, que tengáis feliz lectura. Y suerte.

 

Offshore
Petros Márkaris
Trad.: Ersi Marina Samará Spiliotopulu
Tusquets
 

2 comentarios en “«Offshore», de Petros Márkaris, por Noemí Pastor

  1. Todas las novelas de Markaris que he leído me han gustado. Quizás la lectura que menos me llenó fue «La espada de Damocles», pero, claro, se trataba de una recopilación de artículos periodísticos, no de una obra narrativa
    He leído»Offshore» y me quedo de una piedra al comprobar la frescura mental de un hombre de 80 años como él. Conoce Grecia como la palma de su mano; y si en otras entregas de Kostas Jaritos nos mostraba las alcantarillas de la sociedad aquí nos mete de lleno en las alcantarillas del mundo económico, nos hace ver el negocio que está tras esta crisis que tanto llanto ha ocasionado en su país.
    Tampoco revelaré el final de la novela, pero es un sopapo en plena carga, se nos queda la cara a cuadros al ver (nada, nada, no diré nada. Hay que leerlo)
    Un abrazo fuerte, Noemí

    • Hola, Juan Carlos. No. No revelaremos los finales, aunque siempre he sostenido que el spoiler es la prueba del algodón para una novela o una peli: si incluso revelado el final, mantiene su interés, es que merece la pena.
      Me alegro de que hayas disfrutado con la lectura.
      Un saludo. Nos leemos.

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