Novela: «Más allá de la verdad», de Anne Holt

Noemí Pastor

Cualquiera que haya leído medio artículo mío ya se habrá enterado de que no me gustan los negropoliciales nórdicos. No aguanto su truculencia ni su total ausencia de sentido del humor. No me agrada, en general, su forma simplona de construir novelas. No entiendo su éxito.

Y, entonces (preguntarán ustedes con toda razón), ¿por qué demonios te has leído uno de Anne Holt y te has molestado, además, en escribir una reseña? Pues miren ustedes: porque una es contradictoria y porque me encajaba bien en la vida tragarme ahora una novelita ligera.

Y por otra cosa, algo que últimamente me sucede muy poco: porque me enganchó el comienzo del libro. Una familia de clase alta masacrada siempre es un buen comienzo. Servidora de ustedes comparte una vulgar mezcla de fascinación y odio hacia las clases pudientes y un mezquino regodeo ante sus desgracias, así que, cuando descubro que esas familias relucientes, impecables y modélicas son igual de miserables, o más, que la mía, no puedo evitar reírme un poco por lo bajini. Anne Holt lo dice de forma más literaria y más melodramática: “Todas las familias esconden secretos. Siempre”.

Además, este comienzo me ha recordado, salvadas las distancias literarias, el de “A judgement in stone”, la obra maestra de Ruth Rendell que Claude Chabrol llevó brillantemente al cine. ¡Ay, cómo echo de menos a esos dos!

Rendell sabía explotar narrativamente semejantes comienzos (o finales). Holt, en cambio, a pesar de lo jugoso, de lo sabroso de una tal escena inicial, no acierta a sacarle suficiente provecho literario.

Pero volvamos a Noruega. Aunque comenzó a publicar en el siglo pasado, concretamente en 1993, Anne Holt era hasta ahora para mí una desconocida. Bueno, no, miento un poco. Hace unos años comencé a leer un libro suyo (no insistáis, porque no voy a recordar el título), pero se me cayó enseguida de las manos.

Como era una desconocida, he buscado información y he encontrado un currículum interesante (ha trabajado para la policía, como periodista y jefa de informativos en televisión y como abogada; incluso fue Ministra de Justicia de Noruega durante unos meses) y una bibliografía abultada que incluye tres series diferentes. Esta novela que me he leído, Más allá de la verdad, pertenece a su saga más popular, la protagonizada por Hanne Wilhelmsen, inspectora de la policía de Oslo que mantiene buena parte de las esencias (es decir, los tópicos) de los investigadores literarios: brillante, obsesionada por su trabajo, asocial, de trato hosco, anárquica, atormentada por una vida personal dificililla con desencuentros familiares afectivos e incluso políticos…

¿Y qué os cuento de la novela? Pues que es un poco “de manual” y que no ahorra en tópicos, como ya hemos visto que sucede con la inspectora protagonista. Ya os he hablado del comienzo atrapador, que se inaugura, por supuesto, con la típica escena truculenta e incluso gore, tan del gusto de los nórdicos y, visto lo visto, también de las nórdicas. Uy, acabo de darme cuenta de que Holt es mi primera nórdica y, tal como ha ido lo nuestro, puede que sea la última.

Se produce un crimen detonante con un horizonte temporal tenso, una fecha fatídica que se acerca, en un contexto apremiante: pocos días antes de la Navidad, pero no de una Navidad cualquiera, sino de la maldita Navidad noruega; como dice un personaje, “la sagrada y puñetera Navidad noruega”, la madre de todas las navidades, el modelo de Navidad escandinavo y germano que, pasado por el filtro yanqui, es el modelo de navidades del occidente entero.

Los días festivos hacen que los agentes de la comisaría de Oslo anden un poco distraídos, desperdigados e incluso borrachos, cosa que en Noruega parece ser más frecuente de lo deseable y no solo afecta a los cuerpos policiales. La cabrona de Wilhelmsen, que es una workaholic (otro tópico de la novela policial), no se va de vacaciones nunca y abomina de su familia, los obliga a reunirse en plena Nochebuena y eso hace que el ambiente de trabajo se enrarezca, que aumenten los conflictos familiares y que todo el mundo tenga ese malestar y ese mal rollo en el que parecen vivir eternamente en Escandinavia, agravado, además, por el invierno y la oscuridad.

La trama se desarrolla de forma bastante convencional, con miguitas de pistitas que nos va arrojando un narrador omnisciente con una peculiar e inquietante fijación por los olores corporales (¡qué insistencia con esos detalles casi siempre desagradables!) y los personajes en diálogos forzados.

Por terminar, quizás lo mejor de la novela sean sus pinceladas sobre la forma de vida en Noruega y más concretamente en Oslo, ciudad que desde aquí imaginamos idílica y civilizadísima y resulta que también tiene barrios chungos con yonquis y basura. Ya te digo que quien no se consuela es porque no quiere.

Más allá de la verdad
Anne Holt
Trad.: Lotte Katrine Tollefsen
Debolsillo
 

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Un comentario en “Novela: «Más allá de la verdad», de Anne Holt

  1. Qué perezón de novelita, Noemí. Deberías haber aclarado que la adaptación de Chabrol de «A judgement in stone» aquí se llamó «La ceremonia» (grandísima peli, en efecto, con dos actrices en estado de gracia: Isabelle Hupert y Sandrinne Bonaire). Gran reseña la tuya.

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