Novela: «La brigada de Anne Capestan», de Sophie Hénaff

Sergio Torrijos Martínez

Francia, país de provisión, no sólo por su carácter tan particular, sino también para la ficción. Los franceses tienen una forma muy peculiar de ver la realidad y no podían ser menos sus tramas criminales, con un cierto toque “extravagante”, no por algo desde el gran Simenon hasta Vargas nos han dado ese punto diferente a la hora de tratar la novela criminal. Me quedo en los últimos años con Lemaitre, cuya senda también toma Sophie Hénaff.

Un grupo formado por agentes que no tienen lugar en el organigrama clásico de la policía son agrupados en torno a Anne Capestan, policía de gran potencial pero de gatillo muy fácil. Así tenemos a una novelista que vuelve a la policía en busca de argumentos para sus ficciones, un inspector de servicios internos, un gafe y otros más que forman un grupo especial, algo así como la brigada basurilla pero en bien. Ordena todo eso la autora con humor y esperando una cierta complicidad con el lector, que prevé, de hecho se cumple, que todo o funcione o salte por los aires al estilo Hiroshima.

Decía al principio que el país vecino se mueve en otros parámetros, tanto en la creación de personajes, el gafe es un clásico de toda la vida, sin que falte el toque violento que en esta ocasión lo pone la protagonista. Así, lo que parece una simple conjunción de caracteres tiene algo más, como por ejemplo seguir las directrices de un director de la policía que no ha visto otro medio para lidiar con la corrupción que tomar la vía alternativa de servirse de los escombros de la plantilla policial.

Dos casos son tomados por la brigada y, tras un trabajo intenso, relacionados entre sí y con un fin sorprendente, lo cual tiene mucho mérito, pues la lógica de todo el argumento está sumamente bien construida, tanto que parece tan bien tramado que cuando terminamos la lectura comprendemos que era el único camino posible.

La conjunción de personajes y caracteres es el otro plato fuerte de la narración, más aún cuando han sido tratados con talento, mezclándolos, sazonándolos, dejando que sus propios caracteres tuvieran ese efecto en el lector.

Llego un poco tarde al trabajo de Sophie Hénaff, creo que va por la tercera novela, pero siempre había pasado de puntillas pensando que era otro producto editorial que ofrecería pocas novedades. Lo cierto es que, desde el punto de vista del noir, siempre es divertido encontrarte con una buena pandilla de galos.

La trama tiene ese toque final que le da un plus, la sorpresa es efectiva, puesto que no parecía que se pudiera llegar a ese extremo.

Hénaff escribe bien, ha sabido conjugar en esta novela varios elementos que la hacen una lectura más que agradable, sobre todo por la cotidianidad de un grupo de personas a cual más particular. Por ahí innova poco, todo hay que decirlo, pero es siempre entretenido cuando se manejan con gracia y por momentos con humor.

Una agradable sorpresa el encuentro con la autora, me ha convencido y creo que le voy a dar otra oportunidad a la segunda entrega y eso que partía con grandes reservas al respecto.

A ustedes les pido que hagan el mismo auto de fe que realizó un servidor y le den una oportunidad, seguro que lo agradecen.

La brigada de Anne Capestan

Sophie Hénaff
Trad.: Amaya García Gallego y Teresa Gallego Urrutia
Debolsillo

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