Novela: «Conexión Londres», de Charles Cumming

conexion-londres-serie-thomas-kell-3Sergio Torrijos Martínez

Vuelve Thomas Kell, antiguo agente del servicio secreto británico, aunque en estos momentos está fuera de ese servicio, pero queda claro que de alguna manera siempre formará parte de ese mundo.

Tercera novela del personaje y que enlaza con las anteriores entregas. Sería recomendable tener cierta idea de lo ocurrido con las anteriores novelas, ya que esta parte de premisas expuestas en la anterior obra.

Kell intenta cambiar de vida, olvidarse del servicio secreto y comenzar de nuevo en alguna otra actividad que no tenga que ver tanto con las mentiras. La huella dejada por el servicio es profunda, no sólo ha perdido amigos sino gente muy cercana. De alguna forma el pasado, en forma de avistamiento de un espía ruso, le persigue y lo que pudiera parecer algo anecdótico va tomando forma para convertir ese pequeño dato en algo de interés más allá de las ansias de venganza de Kell, pues el agente ruso era el responsable del asesinato de la amada de nuestro ex-agente.

Kell navega entre el mundo oficial y el extraoficial. Él cree en la veracidad de los datos conseguidos, mientras que la versión la oficial duda, con no poco criterio, de la verdadera naturaleza de esos datos. Ni corto ni perezoso intenta aprovechar cierta indiscreción para reclutar a su supuesto némesis.

Probablemente lo más interesante de todo el artificio de ficción sea ese reclutamiento que pretende Kell y en ese intento reconstruye la teoría de como reclutar a alguien, bien sea con amenazas o por intereses espúreos y lo que se puede lograr con semejantes artimañas.

Si esa parte es la más carnosa de la novela también incluye su mal, que desde mi punto de vista acecha al autor, que es la no superación del escenario internacional de la guerra fría. Cumming sigue pensando que el enemigo es Rusia, clara herencia del mundo soviético, pero debería entender que ese mundo ya murió, el muro de Berlín cayó y el Kremlim está ahora ocupado por un señor que de soviético tiene lo que uno de chino. Entiendo que dentro de la novelística de espías es muy complicado cambiar de enemigo, asumir que otros intereses pueden ser más importantes para el gobierno británico e incluso en la novela hay un intento de vincularse con esas nuevos intereses internacionales, como es el mundo del terrorismo islámico, aunque de manera tangencial, o al menos a mí me lo ha parecido.

Como novela de espías juguetea con el dato aislado, con la coincidencia que no sea tal, con esa pequeña brizna de información que puede que sea el comienzo de algo de mucha mayor entidad y en ese mundo siempre hay espacio, no pequeño precisamente, para la ficción.

También usa la verdad y la mentira de una manera soberbia, la duda es una constante en toda la obra y eso es muy de agradecer y nos presenta así un escenario sumamente volátil, tanto como la lealtad impuesta o conseguida de forma brutal.

Como obra de ficción, Cumming tiene mano, maneja bien los tiempos, adapta la prosa a la acción, siendo una novela que se lee con suma facilidad. Los cambios de escenarios, la interacción entre los protagonistas, la propia acción, todo ello es más que correcto y hacen que el lector se sumerja en esas procelosas aguas.

Ya dije en otras reseñas que me leería todo de este señor y creo que voy a seguir apostando por él. Espero que supere el viejo conflicto entre capitalismo y comunismo, ya no queda nada del segundo, y vuelva a la raíz de lo que podrían ser los intereses internacionales de la Gran Bretaña.

Conexión Londres

Charles CummingSalamandra Black

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