Sergio Torrijos Martínez
Tiempo de pandemia y aunque pueda parecer un escenario muy literario, para mí, dentro de la novela negra no lo es, me explico. La novela policíaca o negra, es casi imposible distinguirlas, tiene una base de relaciones humanas, de interacciones entre sujetos y eso con el confinamiento, con las normas que en aquellos tiempos se usaban para evitar, justamente, las relaciones personales limita muchísimo el desarrollo de una novela así.
Dicho lo cual, superar ese obstáculo está conseguido en esta obra, en base a dar mayor importancia a los personajes y menos a sus interacciones, que también tiene su gusto pero determina muchísimo el desarrollo de la trama. Se muestra a los personajes con mayor profundidad, intentando explicar buena parte de sus relaciones y en ese ejercicio se usa el pasado/presente de forma continua.
Así vemos que el crimen que origina la investigación aparece más tarde de lo que sería habitual, de todos es sabido que las buenas novelas inician con un crimen y de ahí para arriba. En este caso, no digo que no sea buena novela, es justo al revés, se presenta a los personajes y después aparece el crimen y la investigación sobre él se solapa con muchas otras cosas. La ambientación es de lujo, se realiza en Valladolid y las zonas cercanas y los personajes son interesantes, no quiero extenderme mucho sobre ello porque es lo más interesante de la novela y la clave de todo el entramado, asegurarles que es de lo mejorcito de la obra.
Pese a las limitaciones del escenario los personajes son tensos, enérgicos y gustan de la acción, tienen claroscuros y aristas, dejadas en mitad del desarrollo para que el lector termine por completar, a su gusto, parte de esa biografía, todo un acierto por parte del escritor.
La prosa se adapta perfectamente tanto al escenario como a los personajes, lo que hace que todo en la trama tenga un sentido y sea aprovechado por parte del autor.
Es de las pocas novelas cuya conclusión me sorprende, ya saben que somos duchos en finales, pero aquí, puedo asegurarles que no lo veía venir, lo cual habla muy bien del autor y de la idea central de todo el artificio de ficción.
En resumen y para ir directamente al grano una obra interesante y que merece mi recomendación.
La última canción de Alice Wren
M.A.R. Editor
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