Teresa Suárez
Esteban Navarro, un “malhechor” con un largo historial a sus espaldas, es considerado el “enemigo público número uno” de España.
Navarro, policía de la comisaría de Huesca, abandera una nueva corriente delictiva, la escritura de novela negra, que, en su caso concreto, cuenta con los agravantes de “conocimiento de causa”, “presencia en redes sociales” y “a pecho descubierto” (frente a los delincuentes que utilizan el disfraz o mascara que preserva el anonimato que impide su identificación durante el iter criminis, opta por ir “con la cara lavada y recién “peiná”).
La escritura de novela negra, altamente peligrosa cuando el autor empieza a cosechar premios (finalista del Premio Nadal en 2013 con su novela La noche de los peones) y a ser muy leído, es un delito que hay que atajar de raíz porque, por lo que parece, cuando eres miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, libera un virus altamente agresivo que produce en el ser humano la INVIDIA (palabra que, en latín clásico, significa malquerencia, celos, hostilidad y mal de ojo), enfermedad de difícil erradicación en este nuestro país, para la cual, hasta el momento, no existe vacuna.
Aunque se desconoce el nombre (la denuncia es anónima) se sabe que la primera persona que entró en contacto con el patógeno que causa la enfermedad se detectó en la Comisaría de Huesca donde, desde hace 15 años, se encuentra destinado el agente Navarro. Estrechar la mano del paciente cero, besar su mejilla o simplemente estar cerca de él cuando estornuda, puede ser suficiente para disparar el contagio a su alrededor.
El procedimiento disciplinario abierto contra Esteban Navarro tiene como objeto aclarar si el expedientado utiliza su profesión para promocionar sus obras y dilucidar si dicha labor perjudica al cuerpo para el que trabaja.
Mientras la investigación esté bajo secreto sumarísimo, el policía-escritor ha decidido cancelar su participación en diversos actos literarios en los que su presencia había sido confirmada, y no solo por el ataque de ansiedad que lo aqueja, que ha motivado una baja médica, sino porque, visto lo visto, desconoce si dichas intervenciones, por lo “subversivas” (el 30 de mayo tenía previsto acudir a una cita con escolares en el instituto Domingo Miral de Jaca para impartir una charla sobre su novela La noche de los peones, escogida durante este curso como libro de lectura), le pueden acarrear, además de una sanción con suspensión de empleo y sueldo por unos días o meses, otros problemas legales.
Ante el aluvión de críticas, campañas de apoyo y numerosos comentarios y artículos que no entienden esta persecución y ataque a la cultura, la Jefatura Superior de Policía de Aragón se excusa diciendo que el expediente a Navarro es un «asunto interno» que solo a ellos compete… “Excusatio non petita, acusatio manifesta».
A continuación les dejo el Perfil criminológico de Esteban Navarro:
- Lugar de nacimiento: Moratalla, Región de Murcia, España.
- Número de delitos cometidos: 10 novelas de género negro o policiaco.
- Victimología: no manifiesta una predilección específica ya que entre sus “víctimas” hay lectores de toda, edad, sexo, nacionalidad y condición sexual.
- Tipos de crímenes:
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- Escribir sabiendo de lo que habla.
- Tener éxito con lo que escribe.
- Pruebas: la policía (sus propios compañeros) que vincula al ya al criminal confeso con diez novelas, rastrea la ciudad en busca de pruebas que confirmen una trayectoria criminal de cinco años:
- Una historia de policías (Playa de Ákaba), 2017
- El reactor de Bering (Avant Editorial), 2017
- Los ojos del escritor (Ediciones B), 2016
- El buen padre (Ediciones B), 2016
- La puerta vacía (Ediciones B), 2015
- Diez días de julio (Ediciones B), 2015
- Los fresones rojos (Ediciones B), 2014
- Los crímenes del abecedario (Ediciones B), 2014
- La noche de los peones (Ediciones B), 2013
- La casa de enfrente (Ediciones B), 2012
- Arma homicida: la palabra.
- Modus operandi: observaba a sus víctimas-lectoras, las estudiaba, procuraba enterarse, a través de las redes sociales, del impacto que en ellas causaban sus historias y, con su siguiente crimen (novela mejorada con respecto a la anterior), conseguía volver a e entrar en sus casas, a pleno luz del día y por la puerta principal. Pasando con ellas un largo rato.
- Autor intelectual de los crímenes: Esteban Navarro.
- Nivel de peligrosidad del sujeto: ALTO.
CONCLUSIONES:
- Estamos ante un caso de enorme repercusión social ya que el elevado número de delitos contribuye a crear pánico colectivo y lo convierte en noticia de primera plana en los medios de comunicación.
- El nivel de reinserción es bajo ya que el sujeto, lejos de arrepentirse, hace gala de su doble condición sin negar sus preferencias: “Llega un momento en la vida de cualquiera que tiene que replantearse su lugar en el mundo. Con los que le rodean. Con los que comparte momentos. Con los que respira el mismo aire. Soy escritor desde siempre, desde que tenía conciencia, desde que mi madre me regaló el primer Diario, ese donde anotaba lo que me acontecía cada día. Desde que mi padre me compró aquella Olivetti que ya no sabemos dónde está, con la que escribía aquellas primeras cartas a los que se quedaron en Murcia y que luego se fueron a ese lugar donde nadie vuelve. Lo de policía es sobrevenido, es algo que me alcanzó cuando ya tenía 29 años y aún no sabía qué hacer con mi vida, cosa que ahora tampoco sé”.
- El sujeto que, en principio, no presenta ningún tipo de alteración psíquica grave (escribía por encargo pero, sobre todo, por placer) se muestra incapaz de entender por qué escribir está mal.
- Admite que sus actos, ni impulsivos ni improvisados, eran realizados con discernimiento, intención y libertad: “Si tengo que escoger entre escritor o policía, y es inviable armonizar ambas profesiones, lo tengo claro: ESCRITOR. Policía en los turnos, donde entraré y saldré en silencio, sin hacer ruido, sin que nadie se entere. Escuchando murmullos a mi paso”.