Johnny Cifuentes, Toño Martín, Pepe Risi… tres de los componentes originales -solo el primero de ellos vivo todavía- de una de las bandas pioneras del rock en España, del que se hizo en los setenta, en esa premovida madrileña de la que no llegaron a formar parte -como tampoco lo hicieron los Tequila o Moris- ni falta que hacía.
Burning, creadores de auténticos himnos como el Mueve tus caderas o ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este? o de varios de los temas de la película Navajeros –Tú eres mi amor, No es extraño que tú estés loca por mí…
Temas siempre profundamente callejeros, suburbiales. Temas que ponen música a la vida cotidiana de los más desfavorecidos del asfalto. Drogas, atracos, palos, desenganos, prostitución a cambio de algo que meterse en vena.
Dejamos aquí, para recordar a esta mítica banda que tan bién reflejó los ambientes más sucios de la ciudad, los más tristes también, esta pequeña joyita: Ojos de ladrón.
Todo será para ti
Ella ya no quiere, nada de amor
Ya no espera ser feliz.
Tras de un árbol tú la verás.
Y en los coches da placer.
Muy duro fue el primer francés.
Y tiene que hacer lo menos diez
Y luego quiere volar hasta el amanecer
Y acariciar su soledad.
Y luego quiere volar, hasta el amanecer
Y recordar que nada cambió.
Todo fue por un cuarto de marrón
Y ella jugó con pasión
Y no me mira de verdad.
Tiene los ojos de un ladrón
Y luego quiere volar hasta el amanecer,
Y acariciar su soledad,
Y luego quiere volar, hasta el amanecer
Y recordar que nada cambió,
Y luego quiere volar, volar, volar…
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