Reseña: «La sirena de Gibraltar», de Leandro Pérez

Claudio Cerdán

Lo que más me llamó la atención cuando leí a Leandro Pérez hace unos años era su poderoso pulso narrativo. Las cuatro torres (Planeta, 2014) supuso un debut que parecía una consagración. Lejos de una novela primeriza, se trataba de un libro con trama sólida y estilo más que solvente. Uno se preguntaba cuántas obras previas había en el cajón de este escritor para llegar hasta ese punto de calidad tan elevado.

Las cuatro torres no solo fue una magnífica carta de presentación del autor, sino también de un personaje intenso y contundente: Juan Torca. De pasado más que turbio, este antiguo mercenario y sus “compadres” (así se llaman entre ellos) se sentían como tridimensionales, con sus defectos y puntos fuertes, errores y aciertos. En otras palabras: eran muy humanos. Y, a veces, es complicado encontrar personajes así en un género como la novela negra plagado de clichés mil veces vistos.

La gran pregunta que uno se hacía al cerrar las páginas del primer libro era cómo iba a continuar la historia, porque el trasfondo creado por Leandro Pérez era muy rico. No tardamos en conocer la respuesta: La sirena de Gibraltar (Planeta, 2017) nos traía de nuevo a Torca, para alegría de sus lectores.

“La muerte es una sirena andaluza con la cola forrada de hormigón”. Así arranca una novela que no detiene su acción hasta la última página. Quien esto suscribe detesta a los asesinos en serie de la ficción, todos una copia mala de Anibal Lecter. Pero el asesino que nos propone Leandro Pérez no es así, sino un profesional. Su objetivo es matar a varias personas de una determinada manera, siguiendo un “ritual” especifico de agua y cemento. Pero no lo hace por locura o notoriedad, sino por dinero. Eso lo sabe bien Juan Torca al principio del libro, ya que él es el elegido para llevar a cabo tan macabro encargo. Sin embargo, lo rechaza y pronto se percata de que le han dado el trabajo a otra persona. La culpa le llevará a involucrarse más de la cuenta en una caza en la que Torca es un objetivo más.

La novela se lee con facilidad y vuelve a destacar el gran pulso narrativo del autor, la riqueza de sus personajes secundarios y la contundencia de su protagonista. En esta ocasión la acción se aleja de Madrid y Burgos para llevarnos de Bilbao a Gibraltar. Pérez recrea los ambientes de forma magistral, desde el parque de El Retiro hasta las calas del peñón, pasando por casinos, reuniones de ejecutivos, comisarías y bares de mala muerte. El realismo que desprenden las páginas casa a la perfección con una trama donde hay intereses económicos, venganza y tragedia a partes iguales.

Mientras esperamos a la siguiente obra de Leandro Pérez, que sin duda llegará, nos queda la certeza de que Torca es un personaje que ha venido para quedarse. Y eso es motivo de celebración.

La sirena de Gibraltar
Leandro Pérez
Planeta

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