Novela: «La crueldad de abril», de Diego Ameixeiras

Por Cristina de @abrirunlibro

No es ningún secreto que para que un libro nos impacte ha de tener un inicio que nos haga comprender que lo que hallaremos, después de pasar las primeras páginas o los primeros párrafos, será de nuestro agrado. Esas primeras páginas, u oraciones, predecirán el transcurso de toda la obra. En algunos casos incluso nos importará un rábano cómo termine el libro o quién será el/los culpable/s si los hubiera, debido a lo bien narrado que se encuentra. En esos libros es más importante, para aquí una servidora, el cómo está escrito, cómo está desarrollado y, sobre todo, el estilismo. Siguiendo con mi disertación, si me lo permiten, en la novela negra (ojo, en la de verdad y no en misterios de enigma o en los thrillers donde casi siempre es más importante el quién y en pillar al culpable), mis autores favoritos, que los tengo, parece que estén compitiendo en una carrera de elegancia y personalidad. Y bienvenidos sean porque es ahí donde entra Diego Ameixeiras: en mi lista personalísima de escritores con identidad y carácter propio que además de hacer novela negra deciden apostar por una narrativa de calidad y de prosa elegante (llámenme clasista, tradicional, etc. A estas alturas de la película, tanto me da).

Y así ocurre con el último libro publicado del autor, La crueldad de abril. Para muestra, el botón:

«La mujer que quiere morir se asoma al balcón, lanza la mirada al tráfico y concluye que su único consuelo será una tumba. Cierra la ventana y se dirige a la cocina para preparar el café. Tiene veinte años pero su tormento es antiguo. En uno de sus poemas lo describió como un dolor de aguafuerte polvoriento y gramófono plateado. Debe decirse que en su rostro abunda el miedo y un empeño ansioso por borrarse de la faz de la tierra. Y debe añadirse que en su mirada, mientras la taza de leche gira en la bandeja del microondas, hay bruma y briznas de sangre.

Porque es cierto. Es abrir los ojos y querer estar muerta. Como siempre».

La crueldad de abril escapa de polis buenos y malos; o de detectives malotes y peores. Habla de perdedores −hoy en día tan de moda pero, señores y señoras, perdedores lo somos todos y esto es novela negra−, de infelicidad, y de indefensión. De relaciones que traspasan el amor y la lealtad; de venganzas.

Dividida en tres partes, El amor, La venganza, El odio, una casa abandonada se incendia con personas dentro y aparecerán los cadáveres abrasados. La versión oficial es que el causante del fuego es una hoguera que habrían encendido los okupas para calentarse. Los cadáveres no revelarán más información ya que se encuentran tan calcinados que es imposible saber si ya estaban muertos antes del incendio. La policía cerrará el caso como un incidente “normal” sin más.

Pero claro, ahí entra el autor para explicar una historia durísima escrita con un lenguaje muy bello, narrada en segunda y tercera persona –interesantísima la composición de los capítulos con las voces narrativas–, y con unas divisiones cortísimas −el libro dispone de tan sólo 132 páginas−. Ameixeiras ejecutará una trama bien entrelazada que realizando un par de giros justo antes del desenlace, dispondrá de un final sorprendente que podría desconcertar al lector si no ha estado atento. Y alguien podría llegar a pensar que el autor ha hecho trampas. Pues no. Se trata de habilidad.

Hay libros que tienen primeras páginas o primeros párrafos que deslumbran; con palabras que cautivan y presagian lo que será una buena lectura. Hay libros que, por suerte, seducen ya desde el inicio. Y ahí está La crueldad de abril de Diego Ameixeiras para su disfrute.

La crueldad de abril
Diego Ameixeiras
Akal Serie Negra
 

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