Tercera novela del autor y parece que se confirma con absoluta claridad que gusta de las llamadas novelas de espías. El nadador fue una muy grata experiencia, no lo fue tanto la segunda entrega, El hermano, pero si tenía dudas con esta me he reconciliado con el autor. Es más, creo que ha pulido defectos anteriores, como esa exagerada morosidad para comenzar la acción, aunque ha pecado de ser algo previsible.
La novela es un thriller internacional de los pies a la cabeza, más aún cuando se mueve en dos ámbitos, Beirut donde se instala el protagonista, Jacob, y Suecia, donde se retoma la historia de la protagonista de anteriores novelas, Klara Walldéen.
El personaje de Klara es un tanto forzado, me cuesta entenderlo y más aún en una trama de traiciones, intereses y violencia. No así Jacob, que es aprendiz de diplomático pero que en el fondo es algo más, sobre todo por las motivaciones que posee y que nos muestran que hay mucho más detrás del personaje de lo que en un primer momento pudiera parecer.
Decía que es un thriller internacional y se mueve a ese ritmo, vertiginoso, en especial en el lado de Jacob, cuya historia de amor vertebra todo el relato y nos hace recordar a otras novelas como El jardinero fiel y a ese mundo de certezas escondidas e inexplicables del maestro Le Carre. Quien, no nos engañemos, ha asentado toda su producción literaria en el binomio traición/lealtad absoluta y que aprovecha Zander en esta novela.
Puede que la parte final del relato sea muy forzada, más aún cuando la duda, clave en toda novela de espías, no termina de germinar de una forma u otra y la vuelta a la lealtad se realiza desde parámetros algo pueriles.
El autor ha querido aportar su visión sobre lo que ahora nos acongoja, el terrorismo islámico, y lo hace con frescura aunque de manera algo somera, no entrando en profundas motivaciones, sino dando pinceladas que tienden más al trazo grueso.
Pese a todo lo dicho he disfrutado de la novela, me ha parecido una lectura intensa e interesante, más aún cuando posee un ritmo muy bien conseguido, ayudado por la labor del escritor que por momentos es destacada, algo que ya vimos en su primera novela.
Zander tiene una prosa muy particular, tanto que conjuga con los personajes propios de estas novelas y con la trama. Deja caer ideas como pequeños destellos, a modo de cuentas de un collar, desliza pensamientos de forma sutil y en esta ocasión le ha acompañado la intensidad, algo fundamental para este tipo de novelas.
La idea del autor sueco es mostrarnos el enfrentamiento de personas normales con intereses estatales, tanto que parecen sometidos a un vaivén que les superaría, pero por algún motivo, tal vez la conjunción de varios, consiguen superar todos los obstáculos. En un principio esa idea no es muy novedosa y tal vez debería haber introducido algún elemento llamémosle más “profesional”, lo cual le habría dado una mayor fuerza al relato, como ocurría en su primera novela.
Por último y para ir terminando, los amantes de este género estamos de enhorabuena, a este autor sueco se le suman otros como algún inglés del que ya hemos tenido noticias e incluso algún compatriota, lo cual es todo un logro.
Me gustaría que le dieran una oportunidad a la novela, disfrutarán de ella.
El amigo
Trad.: Pontus Sánchez Suma de letras
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