Sergio Torrijos Martínez
Hakan Nesser es un verdadero bacalao. No uno cualquiera, para nada. Es un bacalao original, coetáneo de Mankell, no un recién llegado a esto del crimen. Es un autor cuya vida editorial en nuestro país es errática, un pequeño puñado de libros y ahora el comienzo de la serie Barbarotti, última creación suya. Sería complicado discurrir el por qué de su errática vida editorial, tal vez por ocupar un espacio muy cercano a Mankell y este ser muy bueno o puede que por ser demasiado sueco, lo cual para cómo va el mercado puede ser un auténtico logro.
Nesser no es un autor al uso, gusta de cambiar el ritmo, de usar maneras que se alejan de los tipismos propios de la novela negra, en este caso ha pasado la mitad de la novela y todavía se espera que el inspector, Barbarotti, aparezca en escena. Es más no se sabe si hay un delito hasta bien entrada la novela.
¿Qué ocurre en el comienzo? Pues la vida, una familia sueca, humor, trapos sucios de familiares donde ocurre de todo, maestría a la hora de narrar escenas y poner al lector en situación y que el tiempo y las páginas parecen importarle poco al autor. Se lo toma con calma, es lento en el desarrollo para así poder mostrar al lector el conjunto al completo. Tiene así un toque costumbrista muy peculiar, más aún cuando la vida privada de los suecos nos es tan ajena como su paisaje.
Luego, ya con el delito en curso, sí entra la investigación, al detalle, con el buen hacer de unos policías suecos, con esa narración que tanto éxito ha conseguido y que es mezclar la vida propia de los policías con los casos y mostrarnos así que no son nada más que seres humanos con un trabajo, definámoslo, como delicado.
La obra así puede ser complicada para un buen grupo de lectores. Se aleja de lo habitual, tanto que yo mismo, que me considero un lector paciente, me he preguntado hacia donde iría o donde desembocaría. Me ha animado los golpes de humor y cierta maestría del autor al mostrar escenas muy bien elaboradas.
Es muy cierto que el autor tiene mano a la hora de contar historias, en algunos casos son tan delirantes y divertidas que producen desde la risa hasta la vergüenza ajena. También tienen cierta parte estrambótica que sólo pueden haber sido sacada de situaciones reales.
La resolución policial es de categoría, para mí lo mejor de la novela, no puedo dar muchos detalles pero me parece de lo más interesante y realista que se puede dar.
Que cada lector se enfrente a la obra y que juzgue por sí mismo, creo que merece una oportunidad.
La noche más oscura
Traducción: Martin Lexell | Mónica Corral Frías
Destino
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