Cuando la realidad supera a la ficción (o sea, siempre)

Ricardo Bosque

Es ya algo parecido a un mantra eso de que la realidad siempre supera la ficción, y en más de una ocasión hemos escuchado a escritores de género criminal (del otro, también, pero nosotros estamos a lo que estamos) argumentando que lo que sucede es que la realidad juega con ventaja ya que no debe ser necesariamente verosímil, mientras que la ficción debe resultar creíble al cien por cien so pena de que el autor de turno sea tachado por los lectores de indocumentado o de vivir alejado de lo cotidiano en el mejor de los casos; de haberse fumado algo antes de desayunar si quien lee su “invención” navega con el sentido del humor y la crítica a velocidad de crucero.

Servidor de ustedes, que entre sus aficiones hasta ahora ocultas cuenta con la de coleccionar noticias que podrían formar parte de cualquier buena novela criminal pero que  dificilmente lo harán por ese puntito de “cobardía” de los escritores o por su acentuado sentido del ridículo que les impide meterse en determinados jardines, servidor, repito, quiere ofrecer aquí una pequeña muestra de esos hechos reales -casi todos sucedidos en España, uno de ellos en los USA- que podemos leer en los periódicos pero que, insisto, no creo volver a ver en novela tras la muerte de un tipo como Donald Westlake y aquel Dortmunder que era capaz de robar un banco sin inmutarse. Literalmente, robar un banco, tanto el contenido como su continente. Pero eso eran otros tiempos.

Vamos allá con esos casos, ordenados de menor a mayor grado de “improbabilidad”.

1.- Agosto de 2010, pensión Padrón, en el centro de Santa Cruz de Tenerife. Dos toxicómanos descubren que llevan días durmiendo sobre los restos mortales de un antiguo cliente de la pensión, asesinado dos años antes en la misma habitación y que, desde el momento del óbito, permanece en la misma habitación sin que el olor a descomposición alertara en ningún momento a la patrona o al resto de inquilinos, lo que dice mucho acerca de las condiciones higiénicas del establecimiento -si tiene usted previsto viajar a las islas, busque en TripAdvisor o donde quiera, pero no se acerque por la pensión Padrón bajo ningún concepto.

Por cierto, hay una novela de Francisco Concepción y Ana Joyanes que narra los hechos aportando algo de ficción al asunto, partiendo de los hechos reales y rellenando huecos con su imaginación.

2.- De todos es sabido que, en los tiempos que corren, es posible pedir en casi cualquier heladería que nos sirvan un helado del sabor que nos apetezca. Lejos quedan los tiempos en los que la alternativa a la nata y chocolate eran el caramelo, la fresa o la vainilla; ahora se lleva la diversidad y podemos encontrarlos de pistacho, nueces de Macadamia, frutas del bosque, chicle, pitufo o incluso de jamón ibérico o tortilla de patatas.

heladeria

Pero, ¿y si quisieras un helado de señor con bigote? Fácil: la oferta se encuentra en Dos Hermanas (Sevilla), localidad en la que la propietaria de la Heladería Otoño acabó con la vida de uno de sus clientes -tal vez harta de que le pidiera sabores demasiado exóticos- a golpes de palo de sombrilla, procediendo a continuación a ocultar el cadáver en el congelador, al lado del tutti frutti y la stracciatella. Para gustos, los sabores.

3.- Ay, cuántos maridos han dicho en alguna ocasión eso de “salir a por tabaco” y si te he visto, no me acuerdo. Bueno, eso en España, en Estados Unidos son muy suyos, han visto muchas películas y les gusta hacer las cosas a lo grande.

Por ejemplo, atracar un banco por preferir ir a la cárcel en lugar de volver a casa con la media naranja. Sucedió hace poco en el estado de Kansas y de ello nos habló en esta misma revista Teresa Suárez en un divertido artículo publicado hace unos días, así que no me extenderé más sobre el asunto.

4.- Venga, nos acercamos al final del repaso y va una para nota: “Interceptado un tetrapléjico que circulaba con su camilla motorizada por una autovía”. Sucedió en Galicia, en 2007, y “la intercepción se produjo en la autovía que comunica Ferrol con Vilalba en sentido a esta localidad cuando una patrulla observó un «extraño» vehículo no homologado para su circulación por vía rápida que abandonaba la autovía”.

tetra

Según dicen, el piloto padecía una parálisis que afecta al 95 % de su cuerpo. El 5 % activo parece concentrarse en la entrepierna del caballero pues, en el momento de la intercepción, el detenido se dirigía a tomar unas copas en un club de alterne, equivocándose en un acceso que le hizo terminar en la autovía.

Si es que las rotondas no dan más que disgustos…

5.- Y en el número uno de los despropósitos, vaya esta iniciativa de un “emprendedor” que pensó que el mejor modo de llegar a su clientela era anunciarse en las farolas cercanas a su ámbito de actuación. Como si fuera un pintor económico, vaya, con la salvedad de que el colega, vecino de Badalona, se dedicaba a la venta de “costo del gueno” en las cercanías de un “tituto” de enseñanza secundaria.

costo

El anuncio, un prodigio de buena redacción, incluía plano de situación de la “tienda” y algunas recomendaciones acerca de la discreción que exigía a los clientes, algo que evidentemente no se aplicaba a sí mismo.

Bien, cierro aquí el repaso, pero seguro que el lector curioso podrá encontrar en internet multitud de ejemplos similares que dificilmente veremos reflejados en una novela. ¿Falta de imaginación por parte de nuestros autores favoritos o exceso de sentido de la responsabilidad para con sus lectores o del ridículo para consigo mismo?

 

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