Novela: «Sabotaje», de Arturo Pérez-Reverte

Ángel Luis Pastor

Con puntualidad británica -las dos anteriores se editaron también en octubre de 2017 y 2016, respectivamente- llega la tercera entrega de la exitosa serie de Falcó, del no menos exitoso Arturo Pérez-Reverte. Una nueva peripecia del antiguo traficante de armas, intermediario y comisionista en toda clase de negocios turbios; señorito golfo y displicente que, siempre impecablemente vestido y siempre con una irresistible (y casi nunca inocente) sonrisa en los labios, sigue dispuesto a saltar sobre la siguiente víctima de sus encantos viriles o de sus arriesgadas misiones, según el caso.

Junto a alguna otra menor, las dos principales tramas de este nuevo título son los planes de la Inteligencia franquista para neutralizar a un intelectual francés, exvoluntario antifascista en la Guerra Civil y activo propagandista de la causa republicana, y para impedir la exhibición del «Guernica» en la Exposición de París de 1937 como llamada a la conciencia internacional en favor de la España republicana. Archifamoso cuadro, por cierto, que como bien nos recuerda el autor no nació del supuesto horror patriótico de Picasso (que vivía desde hacía décadas en Francia) ante las noticias del salvaje bombardeo, como han querido difundir algunos, sino del encargo -y previo pago de su astronómico importe- por el gobierno de la II República.

Pero regresemos a lo nuestro. En Sabotaje, Falcó despliega una vez más sus mejores encantos -y sus peores artes- para conseguir sus dos últimos objetivos, en una apasionante aventura que no defrauda. Con el mismo ritmo narrativo trepidante de siempre y con el mismo impresionante detallismo en la descripción de ambientes, vestuarios y attrezzo que en Falcó y Eva, las dos novelas anteriores. Dos características, acción “cinematográfica” (tórridas escenas de sexo, violentas escenas de acción y sorprendente final incluidos) y minuciosa ambientación, que nos hacen casi, casi “ver” literalmente la historia [¿apostamos para cuándo una versión en la gran pantalla?]. Por otra parte, el extraordinario manejo de la lengua, con una escritura brillante, rica y precisa como pocas, sitúa en mi opinión este volumen a una altura aun mayor que los anteriores.

En cuanto a los personajes, nuestro flamante agente del ultrasecreto Grupo Lucero del SNIO (Servicio Nacional de Información y Operaciones) sigue desempeñando sus servicios especiales en favor del bando franquista con el mismo desapego ideológico que en anteriores misiones, con la misma actitud asépticamente profesional y espléndidamente retribuida: mitad aventura, mitad interés. Pero en este relato vemos un Falcó no tan absolutamente cínico como en los anteriores. Aunque sigue en pie el mercenario descreído [“¿tú crees en algo, chico?”, le pregunta su jefe] para quien la guerra no es más que otra oportunidad de negocio, en muchos de los diálogos se muestra mucho más crítico, cáustico incluso, con algunos de los personajes de su teórico bando, especialmente con los nazis, aliados del régimen para el que, a pesar de todo, sigue trabajando. No en vano, el propio autor abre el volumen con una dedicatoria (“A Lorenzo Pérez-Reverte, soldado de la República…”) que muestra, al margen de su crítica implacable a las miserias de la guerra y a sus siniestros personajes (empezando por su propia criatura), cierta inclinación sentimental hacia uno de los bandos. Pero, pequeñas debilidades aparte, la guerra para Falcó sigue siendo -como la vida misma- una eterna escaramuza entre víctimas y verdugos de cualquier trinchera, como tan bien se explica en el encabezado y las reflexiones del capítulo 3, Sobre corderos y lobos.

Junto al protagonista, magníficos secundarios como los habituales Paquito Araña o el Almirante y otros nuevos como el agente Sánchez, María Onitsha, o Hupsi Küssen. Y un amplio despliegue de personajes históricos, de Malraux y Lee Miller a Alexander Orlov, de Marlene Dietrich y Hemingway al propio Picasso: unos con sus nombres reales y otros con nombres de ficción, aunque perfectamente reconocibles. Conviviendo todos en el bullicioso y cosmopolita París de la preguerra mundial, con sus elegantes hoteles y sus legendarios cafés; con sus revolucionarios de salón, tan alejados de las miserias y la muerte de la guerra real; con sus noctámbulos huidos de los cabarés del otrora abierto Berlín; y con un Falcó siempre bajo la sombra ausente de Eva Neretva…

Para terminar, si al reseñar el primer volumen de la serie escribíamos “¿Continuará? Sospechamos que sí…”, ahora no terminamos de creernos la sobrecubierta del libro según la cual Pérez-Reverte “(…) completa con esta novela la trilogía protagonizada por Falcó”.

¡A ver si entre sus sorprendentes habilidades, Lorenzo Falcó va a tener también la de ‘resucitar’! Que Dios reparta suerte.

Sabotaje
Arturo Pérez-Reverte
Alfaguara

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3 comentarios en “Novela: «Sabotaje», de Arturo Pérez-Reverte

  1. Creo que es la que más me ha gustado de las tres. Es en la que el espionaje y sus acciones se ven más presentes, creíbles y veraces y no tan el James Bond cinematográfico al que estamos acostumbrados.

    Por mi parte, y supongo que por la vuestra también, está claro que continuará en algún momento.

    ¡Buena reseña y un saludo!

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