Un autor noruego, sí señores, de esa Escandinavia que parece que nunca va a dejar de escribir y de inventarse tramas negro/criminales. Sé que muchos lectores pondrán cara de cansancio, recitando para sí, “otra no, por favor” u “otro bacalao, no, ¡¡ya basta!!”.
Para los que acaben de llegar les explicaré que a toda esa plétora de escritores escandinavos se les apoda bacalaos y como son tantos y han saturado tanto el mercado hay cierto resquemor, puede que también cansancio, para con ellos.
De una gran tradición de novela policíaca creo que queda poco en el norte del continente, ya fallecido el gran Mankell, con Persson inmiscuido en su propio mundo, con Lapidus ausente, quedan restos, destacaría a la incombustible Karin Fossum y algún que otro autor aislado de aquellas frialdades o de más al norte como puede ser Islandia. Del resto, una abundante colección e incluyo alguno que ustedes tienen en mente como un tal Nesbo, me parece que aportan poco al género y más a las cuentas corrientes tanto suyas como de sus editoriales, elaborando novelas de diseño.
Pero centrémonos en lo que nos ocupa, un escritor, nuevo en nuestro país, con cierta trayectoria en el suyo y que nos presenta una historia y un personaje, Willian Wisting, que tiene el suficiente gancho como para que alguien, en este caso un servidor, se adentre en el proceloso mar plagado de fiordos.
Wisting es un jefe de policía noruego, un hombre cabal, sensato y buen profesional, para nada es un Harry el Sucio, ni un Méndez, por poner dos extremos. Es nórdico y eso es fundamental para comprender su idiosincrasia y buena parte del éxito que ha tenido la novelística policial de ese territorio. Es un señor normal y corriente, preocupado por el bienestar de su entorno, un policía que investiga, busca, rebusca, intenta encontrar pruebas que relacionen a los culpables con los hechos y que se puedan demostrar en un juicio. Es decir y para resumir, es un funcionario eficiente. Frente a él, unos malhechores que tienen mucho menos respeto por las reglas establecidas, aunque no son Terminator. Tenemos así un buen cóctel que se basa en la presentación, investigación, desarrollo y conclusión de una auténtica investigación policial. Realizada con mérito y saber hacer, porque nos muestra algo mucho más real que esas novelas o películas donde los detectives, a base de ingenio y presentimientos, resuelven casos.
En esta obra, que arranca con un robo a unas cabañas de fin de semana y prosigue con un homicidio, se busca y se consigue esa esencia que fue la novelística criminal nórdica, es decir un crimen investigado por un policía que es una persona normal y una investigación real, sensata y precisa.
Si este autor y esa saga -parece que hay ya cuatro casos del ínclito Wisting- sigue en la misma forma yo me apunto, nunca está de más una buena novela sobre policías y una investigación seria y bien narrada. El detalle, la paciencia en la trama y en el desarrollo de todo el artificio de ficción, junto con la interacción de los personajes está muy bien conseguido. No te sumergen en una espiral desenfrenada de acción, viajes y golpetazos sino que todo es más prosaico y, tengo que reconocer, que de vez en cuando se agradece. He de reconocer que he vuelto a disfrutar de una novela bien hecha y bien estructurada, una novela nórdica con todo lo bueno que posee y que parece que este señor ha rescatado en sus iniciales valores.
Lectura muy recomendable.
Cerrado en invierno
Jorn Lier HorstTrad.: Lotte Katrine Tollefsen Reservoir Books
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