Jokin Ibáñez
Nota del traductor
Yo no soy un traductor profesional. Soy un lector que, de vez en cuando, encuentra relatos policíacos en inglés no editados en España. Como no se nos traduce lo que queremos y necesitamos, intenté lo que pocas veces he hecho: traducir.
El resultado puede estar bien o mal, o regular y que deje algo que desear. No me extraña, soy un novato. De hecho, tras unos cuantos relatos de Tony Hillerman, Sue Grafton, Donald Westlake o Michael Connelly entre otros autores y alguna entrevista que podéis leer en esta misma revista, vuelvo ahora con un relato de Andrew Vahss.
En Calibre .38 no poseemos los derechos del artículo. Si nos dicen que hay que retirarlo, lo haremos y seguiremos sin leerlo hasta que algún otro medio tenga a bien traducírnoslo.
Jokin Ibáñez Errasti

Andrew Vachss
Juego de muerte
No me muevo hasta que me golpean por primera vez.
Tony dice que soy de arranque lento.
Pero una vez que me pongo en marcha, nada puede detenerme.
Nunca he abandonado. Nunca.
He mirado al otro lado del ring. Esta noche pelearé con un tipo negro. Bosco, creo que se llama.
No importa cómo se llame.
Es la primera vez que lo veo. Ya no me dejan que me enfrente al otro tipo durante los pesajes. A veces los acosaba allí mismo. Pero tengo que reservarme para la pelea.
Es un poco más grande que yo, pero se mantiene dentro del límite de peso.
También es más joven.
Pero yo llevo mucho más tiempo aquí. Puedes verlo en mi cara. Y en todo mi cuerpo. La experiencia cuenta mucho en estas peleas. No puedes saber si un luchador es bueno hasta que le pillas por primera vez, eso es lo que dice Tony. Y entonces descubres su alma.
Dicen que lo llevo en la sangre, luchar.
Pero, en realidad, sólo lo hago por Tony.
Me encanta.
Ha estado conmigo desde que yo era muy joven. Me lo da todo.
Entreno a la antigua usanza. Comida especial. Nada de sexo antes de una pelea.
Dicen que por eso empezamos a pelear. Por el sexo. Para poder elegir nuestras perras.
Pero podría tener relaciones sexuales incluso si no peleara. Yo lucho por Tony.
Hago ejercicio todo el tiempo. Tony incluso construyó una cinta de correr especial para mí, para aumentar mi resistencia.
Si te cansas en estas peleas, pierdes.
Nunca me canso.
Observo al negro frente a mí, esperando la señal para comenzar. Le miro a los ojos. No tiene miedo.
Nunca lo tienen.
Aquí abajo, la bolsa no vale nada… Todo el dinero proviene de las apuestas.
Tony siempre apuesta por mí.
Nunca lo decepcionaría.
Antes moriría.
No tengo miedo de morir. Es como dormir. Y no te despiertas.
Voy por el negro. Tony me había frotado la parte de atrás del cuello, soltándolo.
La multitud grita.
Chocamos cuando el negro se abalanza.
Ha sido más rápido que yo. Recibo su primer golpe justo en el pecho. Me explota un fuego interior y trato de arrancarle la cabeza.
Ha caído, pero vuelve a levantarse.
El árbitro nos separa un par de veces cuando nos juntamos, pero nunca detiene la pelea.
Pasa mucho tiempo antes de que lo elimine.
Tony me saca del ring.
No veo a Tony, tengo los ojos desgarrados.
El otro tipo realmente me ha jodido bien.
Me voy a dormir.
Oigo llorar a Tony.
Siento su mano en mi cabeza.
Acariciando mi pelaje ensangrentado por última vez.
———————————————————-
Andrew Vachss ((Nueva York, 19 de octubre de 1942-Nueva York, 27 de diciembre de 2021), el autor de este relato corto era abogado especializado en la defensa de menores y activista contra la prostitución infantil. Si alguien ha leído alguno de sus libros publicados aquí, como Strega, con el duro Burke como protagonista, lo confirmará. También era un apasionado de los perros, vivía rodeado de ellos.
Traducción de Jokin Ibáñez (enero de 2024)







