«Manos sucias», de Carlos Quílez, por Jokin Ibáñez
Jokin Ibáñez Hace ya bastantes años, un artículo de Carlos Pérez Merinero llamó mi atención (cito de memoria): «la novela negra es reaccionaria porque siempre gana el bueno, o la poli, y volvemos, al final de la historia, a un estado de cosas acorde con el establishment«. Y hace relativamente bien poco, en el estudio…