«El viejo muere, la niña vive», de Julián Ibáñez, por Jokin Ibáñez

Regalo de cumpleaños nº 1

Jokin Ibáñez

Recientemente ha sido el cumpleaños de uno de mis amigos. Al felicitarle me ha pedido como regalo para su cumple la recomendación de los tres libros que más me han gustado últimamente. Así que, con todo cariño, empiezo a enviarle varios regalos (esta vez me salen gratis ya que los paga él mismo de su bolsillo).

El primero es muy barato, un e-book de Julián Ibáñez: El viejo muere, la niña vive.

Ya sé lo que me vas a decir, siempre estás con Julián Ibáñez, ¡pareces de la familia!…, Pero qué quieres que haga, es que el tío es muy bueno.

En esta novela, Ibáñez nos presenta un nuevo personaje, Pellón, un soplón de la poli que malvive con pequeños encargos de cobro de morosos. Durante el intento de cobro de uno de esos tíos va a ser testigo de algo, que desembocará en la muerte de una poli por otro poli. Durante la investigación o no-investigación del suceso, Pellón se verá envuelto en un par de golpes montados por el mismo tío que se cargó a dicha poli. Qué duro es ganarse la vida por estos pagos…

No voy a desgranar nada de la historia, pero debe quedar clara una cosa, la negritud social que recorre la novela (y otras muchas de este autor). Y, además, tenemos aquí todas las características que el autor confiere a sus obras, los pequeños momentos, esas pequeñas escenas de la cotidianidad de los personajes, de sus vicios y virtudes, de su psicología vital. Personajes que llevarán su malvivir al límite de su resistencia, incluso de la del lector (es que a veces no te explicas cómo se complican la existencia estos tíos, será la necesidad, la curiosidad,…). Y todo ello en paisajes cotidianos, los de siempre, donde puede moverse el españolito más o menos medio, a veces más, a veces menos, el barrio, los bares, las urbanizaciones residenciales algo alejadas del centro, las timbas, las apuestas. O sea, los pequeños vicios y las pequeñas ambiciones personales. Y desde un punto de vista crítico ¿eh?

Y de aquí a la eternidad, digo, a la negritud literaria total, remarcando el posible devenir criminal de cualquier pollo que podamos conocer, que está ahí, al acecho. Porque igual nos ocurre a nosotros.

Además, es una novela que aparece en un nuevo formato en expansión y que quizá suponga un relanzamiento a este tipo de escritores como Julián Ibáñez, poco dado a los best-sellers y a los saraos. Porque en medio de la nueva moda de novela negra, porque la novela negra está de moda, no hace falta más que acercarse a las estanterías de cualquier librería (aunque allí no encontrarás esta novela), en medio, decía de esa novela negra, más bien gris, que se escribe únicamente para epatar y divertir fácilmente al lector, esa novela que se encuentra muy alejada de aquellos principios de lo que conocimos como novela negra en aquel nacimiento español de principios de los ochenta de aquel lejano, por lo menos eso me parece, siglo XX, está la novelística de Julián Ibáñez, perdida por no traicionarse.

Y por eso lo recomiendo: gracias, maestro. Incluso lo envuelvo como regalo.

 
 
El viejo muere, la niña vive
Julián Ibáñez
Kindle Edition 


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