Es un placer grande iniciar mis colaboraciones para Calibre .38 reseñando esta poderosa novela de nuestro querido compañero Ricardo Bosque. Tras infructuosos recorridos por las librerías de mi ciudad ––Bilbao–– no me ha quedado otro remedio que leerla por ebook. Detesto esta forma de lectura (para mí es como leer “en diferido”), pero, cuando no hay otro remedio, como ha sido el caso, no hay otra manera de hacerlo.
Eso sí, y coincidiendo con la rentrée, dejar consignado aquí que las mesas de novedades de las librerías bilbaínas acogen todas, y con la debida profusión, la misma cosecha de todos los otoños, encabezada ––en estos días de infaustas búsquedas––, por la novela (continuación de un éxito de esos de 6.000.000 de lectores) de un tal Ildefonso Falcones a quien, por supuestísimo, desde aquí deseo ventas súper millonarias. Faltaría más: si hay algo que ansiamos de corazón desde Calibre .38 es que los autores estatales arrasen…
De tan original que resulta la novela de Ricardo Bosque, a la hora de reseñarla hay que esforzarse por hacer un ejercicio de contención para no dejarse llevar por el entusiasmo y destriparla, perjudicando así las múltiples sorpresas que su argumento encierra.
Ambientada en la Zaragoza actual, Manda flores a mi entierro es una novela negra que, al tiempo que desentraña un asesinato, ofrece sus mejores aciertos a la hora de mostrar a sus lectores una certerísima radiografía de la burguesía maña (alta burguesía maña en el caso del origen social de la víctima del crimen a resolver).
Con ello el autor consigue crear algo tan indispensable como es una atmósfera propia de la obra, algo en lo que muchos escritores naufragan (o directamente ni se plantean).
La forma de describir a la mencionada clase social, dueña de negocios (o propietaria de emporios empresariales), adinerada y que vive en lujosos adosados, manda a sus hijos a los mejores colegios, etcétera, me ha hecho recordar la lectura de ciertas novelas francesas del siglo XIX especializadas en retratar, con una parecida capacidad de percepción, sarcasmo e incisión, a su triunfante burguesía, una burguesía no tan alejada, como pudiera parecer, de ésta que ahora disecciona para nosotros Ricardo Bosque.
Y es que, en efecto, Flaubert y Balzac parecen haber estado cerca del autor a la hora de redactar Manda flores a mi entierro.
Por dar un referente más actual ––ahora cinéfilo––, habrá que citar la filmografía de Claude Chabrol. En títulos como, La mujer infiel, La flor del mal o Gracias por el chocolate, y siempre con el pretexto de un crimen, el director galo solía hacer un no menos despiadado e intenso retrato de la burguesía francesa (un análisis, generalmente, y como ha sido el caso de Ricardo Bosque, provinciano, alejado de la capital).
Contemos algo de la novela de Ricardo.
Una céntrica floristería de Zaragoza oculta, en su trastienda, un particularísimo negocio que me niego a desvelar. La dueña, Cayetana (Tana) está casada con Luis, eficaz abogado de familia. Tienen un hijo, Juan, y un modo de vida desahogado. Otro matrimonio comparte protagonismo en Manda flores a mi entierro: es el formado por Arturo Sanromán, un policía que trabaja en Jefatura, y su mujer, Nines. Tienen dos hijos insufriblemente adolescentes y, para completar la plantilla, con ellos vive el abuelo, un cascarrabias a quien el lector toma cariño desde su primera aparición.
Con motivo de una enfermedad, aparentemente terminal, la madre de Tana, Mercedes Semper, con el pretexto de querer conocer a su nieto, regresa a Zaragoza quince años después. Esta visita dinamita la trama del libro por los cuatro costados y la, casi seguida, muerte de Mercedes pondrá boca arriba la vida de los dos matrimonios.
Durante el proceso de investigación llevado a cabo por Arturo Sanromán (con la inestimable colaboración de su ayudante Lozano y también la de su padre, el iracundo vejete comecuras que acaba resultando de lo más útil) salen a relucir todos los trapos sucios en las aparentemente “normales” vidas, tanto de la asesinada, Mercedes Semper, como en la de su propia hija, en lo que acaba por resultar un sonrojante retablo de egoísmos, odios familiares entrecruzados y ambiciones sin límite.
La vibrante resolución del caso tendrá su epílogo en la primera comunión de un hijo de los Sanromán, a cuya ceremonia la floristería de Tana aporta las coronas de flores… una fusión absolutamente cínica de los dos matrimonios en el entorno de una iglesia. Con el culpable por fin detenido, se cierra la tapa que ha aireado la porquería de estas familias y que ha servido para que el lector no quiera soltar el libro ––a la vez que se le ha convertido en incómodo testigo de tanta mezquindad.
Destacar también el tratamiento de los personajes “secundarios”, para mí, de igual envergadura a otros más “importantes” como Arturo, Cayetana o Mercedes. Así, al inolvidable padre de Arturo (que tiene una brillante idea para resolver el caso) añadiremos al ayudante Lozano (graciosísimo en ese afán suyo por mimetizar vestuario y costumbres de su jefe), al mayordomo de Mercedes Semper (impagable tanto vistiendo de uniforme en casa de su señora como con ropa casual en la suya) y, por supuesto, a ese abnegado Tío Ramón (tío de Tana, que se lleva ocupando de ella tras la muerte de su padre, Juan) cuyo protagonismo no va a decrecer hasta el final de la novela.
Entretenida y profunda es lo más adecuado que puede decirse de “Manda flores a mi entierro”, una novela escrita en estado de gracia que te obliga a buscar otros títulos de su autor y apuntarlos para ocasiones, esperemos, igual de provechosas que ésta. No estaría de menos que en próximos acercamientos se pueda reseñar otra novela de Ricardo… leída en papel… Uno, además, tiene su punto de mitómano y pretendo que el autor me dedique alguno de sus libros.
Manda flores a mi entierro
Ricardo Bosque
LCLibros
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Estimado Manu. Hace ya mucho tiempo que leí la novela de Ricardo, muy bien planteada. Ahora solo deseo enseñarte algo: hay algunos portales en Internet en los que puedes adquirir libros de segunda mano, en muchos casos nuevos del todo, uno es Iberlibro (http://www.iberlibro.com/servlet/SearchResults?an=Ricardo+Bosque&sts=t&tn=Manda+flores+a+mi+entierro, en él podrás adquirir en tres librerías de España y una de los USA la novela de Ricardo) y el otro es Amazon (https://www.amazon.es/gp/offer-listing/8484652262/ref=sr_1_1_olp?s=books&ie=UTF8&qid=1475652736&sr=1-1&keywords=Ricardo+Bosque+Manda+flores+a+mi+entierro, donde tienes tres opciones de compra). No tengo nada que ver con ninguno de los dos ni mucho menos con la transnacional, hay más, pero yo uso sobre todo el primero.
Saludos
Después de leer esta reseña (que ha avivado mucho mi curiosidad), también espero que el autor me regalé uno de sus libros, dedicado, aunque sea de segunda o tercera mano 🙂 🙂