Resulta curioso cómo algunos acontecimientos supuestamente fortuitos pueden trastocar por completo nuestras vidas. Eso es precisamente lo que le sucede a Teresa un buen día en el gimnasio. Una amiga le recomienda que ponga un Alexis Rodón en su vida, y este comentario cambiará el destino de Teresa.
Cuando llega a casa, Teresa busca información en internet del tal Rodón, para saber exactamente por qué debe poner uno en su vida. Descubrirá que no ha sido precisamente un angelito, y que ha pasado un tiempo tras los barrotes de una cárcel porque se le fue la mano tratando de extraer una confesión de un sospechoso. Alexis Rodón, el torturador. Y resulta que Teresa tiene un pasado que convive día a día con ella. Arrastra una serie de secuelas que no le permiten seguir adelante, y el inocente comentario de su amiga se convertirá en una obsesión para ella.
Buscará a Rodón, le seguirá, se acercará a su trabajo, a su coche, a su casa, a su vida. Necesitará conocer a ese hombre que puede ayudarle a seguir adelante. Vuelca todas sus necesidades en la existencia de este hombre, y se convence a sí misma de que la única salida es que Alexis ponga remedio a sus males. Sin embargo, descubrirá de primera mano que no todo lo que se publica en prensa siempre es acertado ni verdadero.
La última novela de Andreu Martín está compuesta por este binomio, Teresa y Alexis, Alexis y Teresa. Cada capítulo está narrado alternativamente por uno de los dos, con una voz propia, una identidad, una forma de pensar y de expresarse claramente reconocible. Este es uno de los puntos más fuertes del libro, la excelente caracterización que logra Martín de cada uno de los personajes. Tras la lectura de varias páginas podrías abrir una página al azar del libro y sabrías identificar perfectamente si es ella la narradora o si lo es él.
A pesar de arrancar la novela con un momento álgido en cuanto a acción se refiere, el resto de las páginas avanzan con tranquilidad y sosiego. Iremos descubriendo a nuestros dos protagonistas y todo el mundo que les rodea: sus trabajos, sus amigos, su forma de ver el mundo y de encarar los problemas. Con pausa, página a página. Pero a pesar de esa calma aparente se vislumbra una acción latente. Algo se está gestando, podemos ver claramente que Martín está preparando el terreno, y eso hace que quedes atrapado entre las páginas de la novela de una forma irremediable.
Resulta reconfortante comprobar cómo algunos autores no caducan nunca. Más de medio centenar de novelas negro-policíacas a sus espaldas, otras tantas juveniles e infantiles, obra gráfica, ensayos. El listado de argumentos que ha gestado en estos 38 años de profesión es abrumador. Y precisamente por ello sorprende aún más que siga siendo capaz de que no tengas la sensación de estar leyendo un libro ya leído. Martín es un artesano, de los mejores de este país, y a pesar de ser conocido principalmente por su maravillosa Prótesis tiene títulos aún desconocidos para la mayoría y que no defraudan.
He de reconocer que estoy sorprendida de no haber visto apenas reseñas de esta novela a lo largo del año pasado a pesar de su indudable calidad. Para mí está entre las mejores lecturas del 2016. Si eres uno de esos despistados a los que se le ha quedado en el fondo de la pila de novedades, ya estás tardando en ponerla de nuevo en lo más alto y en leerla en cuanto tengas oportunidad.
La violencia justa
Andreu Martín
RBA
El otro post que habéis editado no se ve. Un saludo. Y felicidades por el blog.
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