Por Cristina de @abrirunlibro
No es la primera vez que Louise Penny con su serie del inspector Armand Gamache, —jefe del departamento de Homicidios de la Sûreté du Québec en Canadá—, realza lo artístico y lo bello para introducir el crimen y, con él, destapar algún tipo de pecado moral: las dos caras contrarias de la moneda; en este caso, el vicio y la virtud.
Con Un bello misterio, Gamache #8, que la autora presentó en la reciente BCNegra, se nos adentrará en un paraje ficticio excepcional: Saint-Gilbert-Entre-les-Loups, San Gilberto Entre los Lobos. Una abadía de monjes gilbertinos, orden silenciosa extinguida desde la época medieval, en un rincón casi paradisíaco situado cerca de un lago y entre bosques en algún lugar recóndito de Québec. Los veinticuatro monjes allí recluidos destacarán por sus maravillosas voces y las salmodias de los cantos gregorianos. Gamache y su ayudante Jean-Guy Beauvoir, serán requeridos para investigar la muerte violenta del maestro del coro, el hermano Mathieu, que ha sido hallado asesinado en el jardín privado del superior del monasterio, el abad Dom Philippe. Pronto Armand Gamache descubrirá que el pequeño grupo de monjes se encuentra escindido y que todo ha sido provocado por el sorprendente éxito mundial de un CD que grabaron con sus cantos litúrgicos. La notoriedad ha dividido a los religiosos y así, mientras unos eran partidarios del prior asesinado que instaba a producir una nueva grabación, los otros estaban a favor del padre abad que deseaba recuperar la paz y el anonimato.
Al estilo clásico del whodunit de la investigación policial, Un bello misterio dispone de un magnífico inicio y de una cuidada ambientación. El monasterio, con sus vitrales que reflejan todos los tonos del arcoíris, los majestuosos cantos gregorianos, o los votos de silencio, dotarán a la novela de una atmósfera casi irreal que nos llevará a recordar la recreación de otro libro de misterio en un monasterio como es El nombre de la rosa de Umberto Eco; pero, hasta aquí, terminan las similitudes.
«Entraron en el pasillo de los arcoíris. Los alegres colores jugueteaban sobre el cadáver y los dolientes y, cuando éstos llegaron a la iglesia, el resto de los miembros de la comunidad se puso en pie y salió en fila de la sillería del coro para unirse a la procesión, caminando detrás de Gamache. Dom Philippe empezó a recitar una oración. No era el rosario, sino otra. Y Gamache se dio cuenta de que el abad no hablaba. Estaba cantando. Y no era una plegaria. Era un canto. Un canto gregoriano. Poco a poco el resto de los monjes se sumaron y sus voces llenaron el pasillo y se mezclaron con la luz. Habría resultado hermoso de no haber sido por la certeza de que uno de los hombres que cantaba la palabra de Dios, con la voz del Señor, era un asesino».
Gamache es «el hombre tranquilo» de la Sûreté du Québec. Un hombre que ama la poesía y la música, compasivo, de gran inteligencia emocional y que sabe contener sus emociones cuando trabaja. Todo lo contrario a su ayudante Beauvoir —y aquí Louise Penny vuelve a jugar con las dos caras de la moneda—, un hombre siempre en precario equilibrio anímico, fácil de irritar y que arrastra secuelas de un caso en el que se vieron envueltos al enfrentarse a unos terroristas y donde estuvieron ambos a punto de morir. Y para mí, es aquí donde Un bello misterio se debilita. Para dotar de novedades a la trama, la autora recurre a la parte frágil del tándem que es Beauvoir, y vuelve a utilizarlo con el recurso de su inestable estado emocional para recordarnos otra vez el día del cerco y de sus desastrosas consecuencias. La inesperada visita en la abadía del superior de Gamache, un tipo bastante odioso que le guarda gran rencor al jefe de Homicidios desde que destapó un caso de corrupción policial, provocará la ira Beauvoir.
Conoceremos más misterios sobre la música y los cantos gregorianos. La autora introduce un enigma relacionado con los «neumas»: aquellos signos que se utilizaron mucho antes de que existieran las notas musicales. Un buen punto del argumento ya que encierra otro secreto en una subtrama que nos acercará a la Inquisición y a la historia de los gilbertinos.
Una primera mitad del libro fascinante y una segunda mitad bastante más singular, con un final incierto aunque el caso principal quedará aclarado. Louise Penny es una gran profesional y dispone de una buena calidad narrativa por lo que sumado a los diferentes misterios hará que se mantenga la expectativa en un libro de 496 páginas que dispone de una estética muy atractiva.
Un bello misterioLouise Penny
Trad.: Maia Figueroa Evans Salamandra Black