Teresa Suárez
Sinopsis:
«No hay salida, ha llegado a una encrucijada: o salta desde lo alto del cortado a las aguas del Bornova o muere a manos de quien lo está persiguiendo. Tomás Moreda, el Monstruo de la Tejera Negra, no tarda en resolver el dilema. Que Dios decida si ha de sobrevivir a la caída o ha de sucumbir por su único pecado: el de no recordar qué pasó aquel día de hace treinta años, cuando perdió a sus pequeños en el bosque y lo acusaron de haberlos matado.
¿Dónde están sus hijos?
Nadie duda de que los enterró y de que se irá a la tumba sin confesar.
Una semana después, sigue en paradero desconocido. ¿Sigue vivo? Para encontrar la respuesta a esta pregunta, la madre de Tomás Moreda, la única convencida de su inocencia, recurre a Constanza Desaparecidos, una agencia que continúa buscando cuando a la policía se le agotan los recursos.
Frank Durán, un expolicía expulsado del cuerpo «por sentimental», y Eliana Santoro, que lidian, como el Monstruo de la Tejera Negra, con sus propios fantasmas —la muerte de la persona amada y los abusos de quien debería amarnos y protegernos—, descenderán a los bajos fondos de la ciudad de Guadalajara y se sumergirán en la historia, la geografía y las creencias ancestrales de los pueblos de la Sierra Norte en una carrera contrarreloj frente al demonio que los acecha y que habita en todos nosotros, Samael, el ángel de la muerte, el Veneno de Dios».
Con extensión (520 páginas), premeditación (dado que su segunda novela se publicó en 2019, es evidente que se ha tomado su tiempo para “perpetrar” la siguiente), alevosía (los miles de lectores que, tras su lectura, quedamos atrapados, como moscas a la miel, nunca mejor dicho, en La cordura del idiota, nada podemos hacer para defendernos de la pulsión de leer esta tercera novela) y escoltado por colegas como Claudio Cerdán, de la mano de la Editorial Espasa (perteneciente al sacrosanto Grupo Planeta) vuelve Marto Pariente a la arena de las letras.
El 26/04/2023, con el lanzamiento de Las horas crueles, anunciado y recomendado en La Vanguardia, se detuvo abril.
El centelleo de referencias tipo “country noir” o “Fargo”, que persiguen “emparentar”, en la mente del lector, las historias narradas por este aloverano adoptivo, ambientadas en los agrestes paisajes de la provincia de Guadalajara, con esas otras que transcurren en pequeñas poblaciones rurales de la América más profunda, proliferan en las Webs de librerías que se hacen eco de este estreno que tanta expectación ha generado.
Algo normal si tenemos en cuenta que, en 2020, la excelencia de La cordura del idiota, antecesora de Las horas crueles, se ganó, paso a paso, golpe a golpe, el respeto de crítica y público.
Puede que Marto, como escribía Machado, no persiguiera la gloria cuando escribió esa novela, pero la gloria le salió al encuentro… ¡y de qué manera!
Yo, que, rendida totalmente ante La cordura del idiota, no me cansé de recomendarla y de escribir sobre ella una vez, dos veces y todas las que hicieron falta, confieso que es tanto lo que espero de Las horas crueles que el temor a la decepción está retrasando su lectura.
Porque…
¿Y si la narración no me produce la angustia que se supone tiene que producir?
¿Y si, para llenar tantas páginas, hay un exceso de descripciones que frenan el ritmo y terminan por aburrir?
¿Y si ningún personaje me deja huella?
¿Y si el tono procedimental traspasa lo que es el relato de la investigación y permea todas las páginas haciendo su lectura pesada?
¿Y si carece de sentido del humor?
¿Y si…?
Pasar de una novela corta, del estilo de Jim Thompson, a un folletín noir, tipo Bernard Minier o los Carmen Mola, en el que la sombra de un psicópata asesino sobrevuela novelas de más de 400 páginas, es un salto al vacío que, indudablemente, entraña riesgos.
No obstante, espero, y deseo, que todos mis temores sean infundados y que, con Las horas crueles, el genio de Marto Pariente vuelva a hacerme disfrutar del placer de la lectura.
Ya les contaré…
Las horas crueles
Marto Pariente Espasa
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