Las editoriales son como las hadas en Peter Pan: cada vez que alguien deja de creer en ellas, muere una. Recientemente, ha ocurrido eso con DVD Ediciones, el proyecto que desde hace más de tres lustros ha defendido Sergio Gaspar. No obstante, tengo ante mí Últimos días en el Puesto del Este, la novela con la que Cristina Fallarás obtuvo el XLII Premio Ciudad de Barbastro de novela corta, editada con el habitual y hermoso minimalismo de esa editorial, que fenece por intentar conservar su independencia siendo fiel a sí misma. Paradójicamente, algo así ocurre con los protagonistas de esta novela apocalíptica, poética y brutal.
Últimos días en el Puesto del Este cuenta cómo un reducido grupo de resistentes baja los últimos escalones hacia los sótanos de la desesperanza y la ignominia, en medio de una catástrofe material, pero sobre todo espiritual: una explosión global de fanatismo religioso que diezma a quienes se atreven a pensar por sí mismos.
La protagonista, madre de dos niños y pareja del capitán, el líder del grupo sitiado en el Puesto del Este, espera el retorno de aquel de una expedición de avituallamiento y mantiene un diálogo con Ernesto, su amante, ahora desaparecido; un diálogo sin respuesta –dirigido a un recuerdo, al ectoplasma de una pasión–, que adquiere la cualidad de monólogo interior en segunda persona en muy pocas líneas. Pero nada hay en esta novela de las plúmbeas arbitrariedades de la novela experimental. Fallarás, con un inteligente manejo de ritmos y focos de interés, mantiene línea a línea la intriga novelesca, involucrando al lector desde las primeras páginas y arrastrándolo hasta la última palabra de este poema sobre la devastación, en el que la crueldad, el erotismo, la melancolía y la ternura trenzan una eficaz y consistente tela de araña.
Toda distopía es una advertencia. Últimos días en el Puesto del Este nos advierte de uno de los peligros de la tolerancia: el de que la sociedad laica permita a la religión, práctica eminentemente privada, invadir el espacio público. Eso la convierte, en mi opinión, más que en una fantasía futurista, en una alegoría de algunos aspectos desafortunadamente vigentes del mundo global contemporáneo, en el cual la mentalidad divergente, la que se aparta realmente del pensamiento único, se ha convertido en territorio minoritario, cultivado por unos pocos, sitiados por la falacia.
Sin embargo, esta es solo una lectura –una más entre las posibles–, de esta novela breve y despiadada, que se piensa con dolor pero se lee con placer, sobre todo si uno atiende a la recomendación de su autora y lo hace escuchando a Piazzolla.
Últimos días en el Puesto del EsteCristina Fallarás
DVD Ediciones
Nota: reeditada por Salto de Página en 2013

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