Hablar de Andreu Martín me produce un poco de vergüenza, porque sobre él está todo dicho, y apenas queda margen para la originalidad. ¿Qué puede decir decirse sobre él a estas alturas? ¿Que es unos de los pioneros del género negro en España? ¿O que es no sólo uno de los pioneros, sino uno de sus más brillantes y prolíficos practicantes? ¿Que ha creado personajes inolvidables como Flanagan, Esquius y tantos otros? ¿Que no tiene nada que envidiar a los maestros norteamericanos y franceses? ¿Que en todas sus novelas trasluce un genuino y gozoso sentido del humor? ¿Que ha ganado un montón de premios? Pues vale, ya está dicho, pero es que todos lo sabemos y no hace falta que yo me ponga a contarlo.
Y, sin embargo, quizás sí haya un aspecto relativamente novedoso, no tanto en su obra (aunque como autor siempre la ha gustado experimentar y sus novelas son diferentes entre sí) como en el medio utilizado, y es su apuesta por publicar una novela extensa y negra, muy negra, en soporte digital. Concretamente en «Sigueleyendo», la editorial creada y dirigida por Cristina Fallarás, otro elemento (utilizando la palabra «elemento» en su más elevado sentido) indispensable en el actual panorama de las letras negras españolas, y que está cambiando mi concepción de lo digital. Porque, creo que es obligado admitirlo, yo soy un auténtico adicto al soporte «papel» y más por desconocimiento que por prejuicios no me he acercado demasiado a lo digital, pero poco a poco me voy rindiendo, y más con la última propuesta que nos ha hecho Andreu de la mano de Cristina.
El asesino de las vírgenes negras, que así se titula la novela, es Andreu Martín en estado puro, aunque en ocasiones sus personajes y su trama parecen más desquiciados de lo habitual. Y es que en su interior suceden un montón de cosas, como que junto al fin del año parece también acercarse el fin del mundo y mientras la gente espera a ver si esos negros augurios se cumplen o va a ser otro fiasco de los profetas al uso, un asesino en serie mata a jóvenes a las que les arranca los ojos y les mete en la boca unas vírgenes negras. Así mismo, junto a las jóvenes aparecen asesinados también unos extraños masones. Y para colmo de males un inspector de policía bregado en las calles intenta «rescatar» a una prostituta mientras un clan mafioso de origen lituano campa por sus anchas por las calles de Barcelona y otro atildado policía que ostenta el grado de comisario intenta conseguir todo el poder que le sea posible aunque para ello tenga que vender su alma al diablo. O a Dios, que por lo que a él respecta lo mismo da. Quién sabe, quizás después de todo no sería tan mala idea que el mundo se acabara de verdad, y de una vez por todas.
Con ese material tal vez otro autor hubiera perpetrado uno de esos best-sellers de leer y tirar, lo que de por sí tampoco es algo negativo, o más seguramente un bodrio infumable, pero estamos hablando de Andreu Martín, el autor de Prótesis, de Asalto a la virreina o de Cabaret Pompeia, por citar tan sólo unas pocas de entre su extensa obra, un autor al que no le asustan los retos, seguramente porque domina como nadie los entresijos del género, y por eso mismo, pese a que constantemente, a lo largo de la novela, nos ofrece una serie de situaciones y personajes al borde de la locura, es capaz de construir con lo que en otras manos sería material de deshecho una historia completamente verosímil y lúcida, con la que disecciona una sociedad en la que, cada vez más, la locura no es precisamente lo extraordinario, sino lo normal y habitual.
El asesino de las vírgenes negrasAndreu Martín
Sigueleyendo
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