«Morir no es tan fácil», de Belinda Bauer, por Ricardo Bosque

Morir_No_Es_Tan_Facil-Belinda_Bauer-BajaRicardo Bosque

Hay quien defiende que en la novela negra ya está todo dicho, que cada nueva propuesta no es sino un nuevo modo -en el mejor de los casos- de contar lo mismo, que siempre se encuentra uno con los mismos protagonistas aderezados con pequeñas variantes, variantes que se parecen tanto las unas a las otras que, finalmente, obtenemos el mismo protagonista. Y vuelta a empezar.

Comparto esa impresión con matices y reconociendo que, muy de vez en cuando, se da uno de bruces con tramas, planteamientos o modos de narrar que en poco se parecen a lo ya visto mil y una veces, y eso siempre es motivo de alegría para quien dedica casi todo su tiempo libre a la lectura criminal.

Morir no es tan fácil, de Belinda Bauer, es uno de esos extraños casos. Yo aún diría más -como afirmarían Hernández o Fernández-, Morir no es tan fácil es una de las novelas que más me han sorprendido en los últimos años tanto por la originalidad de su trama como por la calidad de los personajes. Tal vez, haciendo memoria, debería retrotraerme a la sensacional Sorry, del croata Zoran Drvenkar, publicada por Seix Barral a principios de 2011. Vaya, que ha llovido bastante desde entonces, casi tanto como ríos de tinta criminal han pasado por delante de nuestros ojos.

Bauer recurre a tres personajes extraordinariamente trazados que difícilmente encontrará el lector ni siquiera rebuscando a fondo en las mejor abastecidas librerías especializadas, a saber:

1) Patrick Fort, estudiante de Anatomía con síndrome de Asperger que se siente -más o menos, en la medida en que su peculiaridad se lo permite- responsable de la muerte de su padre, víctima de un atropello callejero

2) Tracy Evans, auxiliar de enfermería en una unidad de pacientes en coma, calientabraguetas donde las haya y cuyo única aspiración vital es cazar a un millonario que la retire para siempre, aunque sea al marido de una de las comatosas a las que debe cuidar y

3) Sam Galen, otro de esos pacientes que apenas es capaz de articular un sonido mínimamente inteligible pero que sí puede observar cómo un doctor asesina a su compañero de habitación.

Por si fuera poca la originalidad de los personajes encargados de sacar adelante de un modo brillante esta excelente novela, deberá tener en cuenta el lector que el último de ellos, ese Sam Galen que no puede hablar, será el encargado de contar en primera persona y hasta donde la autora estime oportuno su parte de la historia. Y cómo la cuenta, qué manera de mostrar el dramatismo de quienes se encuentran en su situación. Eso sí, sin renunciar al humor negro, un tanto macabro, que exuda toda la novela de la primera a la última línea.

A destacar -por destacar algún aspecto que supere la media de notable alto a sobresaliente del conjunto- el papel de Patrick Fort, sus reacciones condicionadas por el síndrome que padece y la dificultad -o incorrección- con que son interpretadas por quienes le rodean y el objetivo por el cual decidió estudiar Anatomía:

«Un estudiante de Medicina empieza su viaje con la muerte y va trabajando hacia atrás. El chico torció el gesto y repuso: pero yo quiero empezar con la muerte y trabajar hacia delante. El profesor dejó escapar una risilla. Los muertos no nos hablan, Patrick, aunque nuestra vida sería muchísimo más fácil si fuera así. Los médicos pueden buenamente descubrir los mecanismos de cómo murieron, pero se les niega la comprensión del porqué o de qué les pasa después de morir. Para resolver esos acertijos, creo que tendrías que consultar con un detective… y un cura».

Un apunte final para concluir mi reseña sobre esta brillante y vibrante novela: el excepcional personaje de Emrys Williams, policía casi cincuentón harto de su trabajo que se gana al respetable (lector) con su fugaz presencia en poco más de veinte páginas, ya al final de la novela y que le erigen en figura clave en uno de los sorprendentes desenlaces de la novela. De diez.

 

Morir no es tan fácil
Belinda Bauer
Trad.: Julia Osuna Aguilar
Roca Editorial

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