Para empezar, Rezos de vergüenza es una historia que se hace corta de lo intensa que es. Posee mucho diálogo y su narración es ágil. El uso de un lenguaje fácil y sus capítulos cortos, le hace a uno engancharse a su movida trama con delirio.
Se convierte por tanto en una novela muy entretenida, recomendable y de peso en la novela policíaca, dado la figura protagonista que simboliza, entre otros factores.
Leí hace algún tiempo esta novela, y anteriormente la primera, Melodía quebrada. Las dos forman todo un recorrido en la narrativa de su autor Josep Camps y su personaje, un protagonista con carisma que se afianza.
Nos vamos a la Barcelona actual. Tiki Mercado, sargento con algunos años de experiencia en los Mossos d´Esquadra, y ya conocido por el lector en su primer caso en Melodía quebrada (Alrevés 2014), se encuentra ahora recién reincorporado al cuerpo.
Un personaje muy definido y bien diseñado, con chispa, metido en los cincuenta y sin afeitar. Marcará los tiempos a ritmo de rock, de su segundo caso de investigación Rezos de vergüenza.
Tiki nos acerca a su día a día sin máscaras. Al fin y al cabo es humano y sus emociones le mueven.
Nuestro protagonista destapará todo un misterio: la muerte de un compañero y amigo a la vez, Borja Tintoré; y el asesinato de un joven, Quim Albertì, hijo de un banquero vinculado al Opus Dei. Este es el punto de inicio a una serie de aventuras, circunstancias y desenlace que llevan al lector a un mundo policial en puro movimiento. Tiki tiene una compañera en el trabajo, Elvira. El caso rodará con suavidad puesto que ambos se entienden muy bien.
La violencia, el crimen , las mafias, el tráfico de drogas, el blanqueo de capital.. entre otras situaciones, aparecerán como consecuencia o explicación a los hechos ocurridos pero también el sexo y el amor tendrán su importancia.
Su autor nos brinda un doble juego: el de lo claro y oscuro, el bien o el mal, la verdad o la mentira, bajo la mirada de Tiki.
En esta historia Tiki, nos adentrará también a algo diferente. La nueva ocupación en sus ratos libres, pichadiscos en su sala de música Roxette, le hace soñar a otra galaxia. Tal vez porque le haga evadirse de los malos ratos del trabajo y le de felicidad pinchar un buen rock&roll .
Un Tiki Mercado menos crítico y más moderado que con su toque de humor, da aliento a los casos de investigación y a su propia vida.
Sería muy fácil para mi, mencionar o acabar con algún buen tema de esos que aparecen de entre los muchos capítulos de Rezos de vergüenza, pero lo voy a dejar para la mente de Tiki, que es el que sabe.
Las apariencias no engañanJuan Madrid
Noguer