El rincón oscuro. De vuelta al corazón de las tinieblas

Jesús Lens

“¿Cuántos momentos memorables en la vida de una persona sobreviven intactos al paso del tiempo? Pocos, aquellos que marcan una frontera entre el antes y el después”.

Comienzo con una cita entresacada de las cerca de 500 prodigiosas páginas de Antes de los años terribles, la más reciente novela de Víctor del Árbol, recién llegada a las librerías. Una novela que debería ser de lectura obligatoria para todas las personas convencidas de que nada de lo humano nos es ajeno.

Una novela de lectura obligatoria por una serie de razones que vamos a desgranar en las siguientes líneas, comenzando por los referentes literarios a los que apela Víctor del Árbol. ¿Cuántas lecturas recuerda usted de las haya hecho a lo largo de su vida?

Personalmente, jamás podré olvidar la noche en que leí El corazón de las tinieblas por primera vez y del tirón. Porque la novela de Joseph Conrad es de las pocas que he releído varias veces a lo largo de mi vida y que sé que volveré a leer. De hecho, en mi biblioteca tengo tres o cuatro ediciones diferentes de uno de los libros capitales de la historia de la literatura.

En Antes de los años terribles, Víctor del Árbol recrea la insania, el dolor y la maldad que invadía todas y cada una de las páginas de Conrad, al contarnos la historia Isaías Yoweri, un niño que fue feliz en su Uganda natal durante los primeros años de su vida. Los que vivió antes de que el infierno se desencadenara en esa parte del corazón de África, liberando a un puñado de demonios que, muchos años después, le seguirán acosando.

Víctor del Árbol muestra sus cartas desde el principio de la novela, que nadie se llame a engaño: conocemos a Isaías Yoweri viviendo en la Barceloneta, a comienzos de 2016. Y sabemos que fue un niño soldado en Uganda, a comienzos de la década de los 90 del siglo pasado. Sabemos que, más allá de sus visibles cicatrices físicas, hay heridas emocionales que todavía no se han cerrado. Y disponemos de 470 páginas para adentrarnos en su historia y descubrir los quiénes, los cómo y los por qué de esas heridas, las físicas y las morales.

¿Recuerdan ustedes Apocalypse Now, la mítica película de Coppola, libre adaptación de El corazón de las tinieblas en la que cambiaba el Congo sometido a la tiranía de los belgas por el Vietnam en guerra? ¿Recuerdan quiénes eran los buenos y quiénes los malos? Hay historias en las que la frontera que separa a los unos de los otros es tan tenue que termina difuminándose. La nueva novela de Víctor del Árbol es de esas: cada personaje tiene su historia, sus circunstancias, sus razones, sus motivaciones, sus excusas. A fin de cuentas, ‘¿qué le dirías al diablo si te ofreciera un vaso de agua en mitad del desierto?’

Lo que no exime a algunos de los personajes de ser el mal absoluto; contemporáneos Kurtz con el horror prendido en sus bocas, manos y ojos. Personajes dotados de un magnetismo destructivo: ‘¿de dónde salía esa energía que te atraía como un imán? A lo largo de mi vida he tratado de comprender por qué en ciertos momentos los seres humanos abandonan colectivamente la razón y se entregan en manos de un mesías’.

Antes de los años terribles es una novela para leer despacio y con atención. A ser posible, con un lápiz en la mano, para subrayar párrafos, diálogos e ideas sobre los que volver una vez terminada una primera lectura. Por ejemplo, este pasaje, de una universalidad absoluta: ‘Hay que temer a aquel que se siente poderoso, porque a menudo confunde la realidad con su voluntad. Aunque más aún hay que temer a quien se siente asustado, porque confunde la voluntad del poderoso con sus propios deseos’.

Lo mejor de la novela de Víctor es que la profundidad de sus personajes y la densidad de los temas no apabullan al lector, no le hunden en la miseria. El autor no cae en la tentación de echarnos a chapotear en el cieno, condenándonos a ahogarnos en la podredumbre moral que preside la trama. Porque hay esperanza. Hay belleza. Hay emoción. Emoción a raudales. E intriga.

Se lo decía antes: Víctor muestra sus cartas al lector y, a pesar de ir anticipándole buena parte de lo que ocurrirá en la historia, la lectura es adictiva: sabes lo que va a pasar, pero estás intrigado por saber cómo y por qué ocurrirá. Y las consecuencias que provocarán cada uno de los acontecimientos narrados.

Mañana comienza la Feria del Libro de Granada. Anoten Antes de los años terribles en su lista de la compra. Y déjense unas horas libres para leerlo. Una vez que comiencen la lectura, no podrán -ni querrán- interrumpirla.

@jesus_lens

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