Televisión: «Taboo»

Teresa Suárez

En 1814, James Keziah Delaney, un aventurero que puso rumbo a África y a quien, transcurridos diez años sin noticias suyas, todos creían muerto, regresa a Inglaterra tras el fallecimiento de su padre.

Caníbal, negrero, brujo, demonio… Los rumores sobre Delaney circulan por Londres mucho antes de su llegada.

Después de viajar por medio mundo, y ser retenido como esclavo durante años, el James que regresa a casa (taciturno, desconfiado, cubierto de tatuajes tribales y misteriosamente rico), para tomar posesión de los bienes paternos (tiene una medio hermana, pero él es el único heredero), nada tiene que ver con aquel que partió hace tiempo.

Delaney tiene un plan y nada ni nadie le hará desviarse de su camino: ni la Compañía de las Indias Orientales y sus maquiavélicos directivos, ni los sicarios pagados por éstos, ni los espontáneos deseosos de recompensas prometidas y nunca cobradas, ni los espías norteamericanos, ni el mismísimo rey Jorge (el tercero creo).

Arrastrando su largo y pesado abrigo negro XXL con cuello de piel y su sombrero de copa, James Delaney recorre, de una punta a otra, las embarradas y sucias calles londinenses mientras teje un complejo entramado de mentiras, verdades y medias verdades, en el que se verán envueltos familiares, amigos y enemigos, cuyo único objetivo es que Delaney consiga lo que se ha propuesto.

Además de su arrojo, resistencia al dolor extremo, la falta de afectos que puedan convertirse en una debilidad, y una bolsa repleta de diamantes, James cuenta con el beneplácito del submundo delictivo londinense integrado por pillastres, prostitutas, invertidos, ladrones y asesinos, cuya lealtad, en principio, comprará con dinero o chantajes pero que terminarán sintiendo un respeto, mezcla de miedo y veneración, por ese hombre sombrío, tatuado, lleno de cicatrices y que parece el mismísimo diablo.

Cuando habla con los muertos y practica la magia de sus antepasados (es hijo de una india perteneciente a la tribu nutka), con su barba puntiaguda, ataviado con la camisa de dormir, las piernas al aire y su cara de desvarío, Delaney recuerda al Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha en sus noches más insomnes y oscuras.

Espionaje, sortilegios, explosiones y un reguero de sangre y vísceras humanas, con cierta predilección por el corazón, son las huellas que el torturado James irá dejando durante su periplo por la capital inglesa.

Con una ambientación tenebrosa, Taboo es una excelente serie dramática de televisión. Una ficción histórica (el guion es obra de Steven Knight, Tom Hardy y el escritor y guionista Edward “Chips” Hardy, padre de Tom, que habla de colonialismo, justicia y venganza.

Aunque el tabú de esta historia, lo prohibido, parece estar claro y referirse únicamente a una relación sexual concreta, en realidad se utiliza desde una perspectiva más amplia y abarca todo comportamiento que escapa de nuestra capacidad de comprensión y aceptación.

James Delaney, su barco y América, representan la promesa de que otra vida, fuera del control de la moral y la religión, es posible. Por eso los desheredados, los excluidos, adoran a James.

Y yo adoro a Tom Hardy.

Sea cual fuere su turbulento pasado poblado de insultos, peleas y adicciones varias, hace tiempo que decir Tom Hardy no solo es decir cine, sino MUY BUEN CINE.

El niño 44, La entrega, Locke, El renacido, Lawless, Mad Max: Furia en la carretera, Legend, RocknRolla, Venom.. la lista es larga y la calidad alta.

Para rubricarlo solo faltaba Peaky Blinders, la excelente serie de televisión creada por Steven Knight (el señor Knight también adora a Tom). En una serie de esas que lo tienen todo (guion, fotografía, magníficos actores, moda, música, etc.), familia Selby aparte (especialmente Arthur, el hermano mayor, mi favorito), Tom Hardy como Alfie Solomons y Adrien Brody como Luca Changretta convierten la cuarta temporada de Peaky Blinders en algo realmente insuperable.

Dicho lo cual, si el único, el inigualable, el que ha sido y siempre será el mejor 007 de la historia, es decir Daniel Craig, mi Daniel, decide no volver a interpretar a James Bond, yo apuesto por Tom Hardy. Sus trapecios, su sonrisa, su “face” y su talento interpretativo harán de él un digno sucesor.

¡Que así sea!

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3 comentarios en “Televisión: «Taboo»

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