Esta novela es mi primer acercamiento a esta autora escocesa, cultivadora del tartan noir, que, además de novelista, es también periodista, dramaturga y cofundadora del que se considera el mayor festival de novela policíaca del mundo: el Theaktons Old Peculier Crime Writing, de Harrogate, Inglaterra, cuya próxima edición se ha visto retrasada hasta julio de 2021.
A diferencia de otros autores también englobados en el tartan noir, como John Connolly, Philip Kerr o Ian Rankin, Val McDermid no es una autora demasiado conocida ni valorada por estos pagos; no hay más que ver cuántas de sus obras están todavía sin traducir al español. Y me sorprende esta falta de interés hacia ella por dos razones. Primero, porque, al parecer, era una de las autoras preferidas de Stieg Larsson, quien la citaba en su famosísima trilogía. ¿Veis? Me he perdido esta referencia por culpa de mi cabezonería: no he leído nada de Larsson y a estas alturas me temo que ya no lo haré. Y la segunda razón, y más importante, es que, a juzgar por esta novela, McDermid posee una solidez literaria suficiente como para que te den ganas de seguir leyendo (y traduciendo, y publicando) cosas suyas.
Un territorio oscuro pertenece a la serie de las novelas protagonizadas por la inspectora Karen Pirie, de la policía escocesa, experta en casos sin resolver. Pirie es una policía vocacional, muy tenaz, con muy mala leche, con poco respeto por la jerarquía y mucho por el trabajo bien hecho. Además, ¡oh sorpresa!, no es una tía buenorra: regordeta y feuchilla, no se preocupa en absoluto por su aspecto físico; como cualquier otro investigador machote, vamos.
En esta novela investiga a la vez que Pirie la periodista Bel Richmond. Las dos son igualmente ambiciosas y vehementes; las dos van avanzando sus pesquisas, una en Escocia y otra en Toscana, una con rigurosos métodos policiales y otra con triquiñuelas periodísticas más relajadillas. A la vez rivalizan y colaboran; se admiran y se destestan. La escena en la que ambas comparten por fin una oficina policial en Fife es un bonito tour de force con enérgicos diálogos.
Es que en Un territorio oscuro la investigadora Pirie necesita verdaderamente ayuda, pues tiene que vérselas no con uno, sino con dos cold cases, ocurridos hace más de veinte años, de manera que la novela se pasa sus más de cuatrocientas páginas dando saltos en el tiempo: hay un salto gordo, de la década de 1980 a la de 2000 y vuelta; y otros más pequeños: de unos cuantos días hacia adelante o hacia atrás. Todos los saltos están siempre bien señalizados al comienzo de cada capítulo, y bien provistos de medidas de precaución para que ningún lector se despeñe por ningún precipicio narrativo.
El principal salto hacia atrás en el tiempo nos lleva a las devastadoras huelgas de la minería escocesa de 1984 y 1985. Durante todo un año la región minera se opuso a la reestructuración del sector impuesta por Margaret Thatcher, quien desplegó toda la fuerza represiva del Estado, ejército incluido, y acabó venciendo. En consecuencia, todo el sector minero escocés quedó arrasado, los sindicatos criminalizados, la clase obrera paralizada, regiones enteras condenadas a la miseria y las relaciones sociales envenenadas durante generaciones.
McDermid, como digo, ambienta los casos sin resolver de Un territorio oscuro en este marco geográfico e histórico y sabe bien de lo que habla, pues se crió en Fife, en plena zona minera; de hecho, dedica esta novela a sus abuelos y al hambre que pasaron y brinda un homenaje a una cultura obrera desaparecida, a la solidaridad de las gentes durante el conflicto y al carácter fiero, rudo y resistente de escocesas y escoceses.
En la ficción, en tales años turbulentos desaparecieron dos líderes sindicalistas mineros, al tiempo que una joven multimillonaria y su bebé de seis meses fueron secuestrados. La familia se prestó a pagar el rescate, pero algo salió mal: la joven resultó muerta y del bebé nunca más se supo.
Veinte años después, la hija de uno de los sindicalistas tiene buenos motivos para querer saber de su paradero y se encuentran nuevas pruebas sobre el secuestro. Todo se reactiva y una sospechita avanza reptando silenciosa página a página: ¿estarán ambos casos relacionados?
Además de la serie de Karen Pirie, compuesta por seis novelas, McDermid tiene otras: la de Lindsay Gordon (otras seis novelas), la de Kate Brannigan (otras seis) y la de Tony Hill y Carol Jordan (11 novelas y una serie de televisión). Si a esto le sumo otras novelas criminales no adscritas a ninguna serie (unas ocho), tengo para leer unas treinta, no todas traducidas al español, pero sí muchas al francés. Un filón.
Un territorio oscuroVal McDermid
Trad.: Carlos Milla e Isabel Ferrer
RBA