Tokio, octubre de 2018. Las manos de la famosísima bailarina Noriko Aya, de 29 años, aparecen en el pequeño espacio antisísmico entre dos edificios cercanos a los jardines del Palacio Real y al hotel donde se acaba de instalar el matrimonio madrileño formado por la autora de novela negra Olivia Galván y el catedrático de Literatura comparada César Andrade, invitado por la universidad a participar en un curso de posgrado. A poco más de un año para la celebración de los juegos olímpicos en la capital japonesa y con una misteriosa pista, el anillo de diamantes y rubíes que las manos de Noriko lucen en uno de los anulares ya sin vida, muy pronto la policía señala a César Andrade, cuya relación extramatrimonial con Noriko será descubierta gracias al rastreo del origen del anillo, como principal sospechoso del crimen.
Contada en primera persona por Olivia Galván, que se refugiará en su amistad incipiente con el diplomático Gonzalo Marcos, consejero de la Embajada española en Japón, la acción de la novela relata el transcurso de la investigación del asesinato de Noriko y se centra en demostrar que, a menudo, nada es lo que parece.