Novela negra, humor socarrón y también negro, acción continua, tramas que se entrecruzan, amenazan con colisionar y, por encima de todo, una concepción de la literatura que consiste en hacer disfrutar al lector.
Hacía tiempo no me reía tanto leyendo. El humor de Juan Bas no puede ser más chusco y divertido, tiene momentos verdaderamente buenos que se entremezclan con una concepción de la vida muy real y que siempre tiene un poso de humor que es imposible de desligar del común de los mortales.
Es cierto que es un humor de trazo grueso, que incide en los tópicos hasta llevarlos a un término que roza el esperpento y por eso mismo siempre mantienen un pie en la tierra. No es un humor elegante, ni tampoco es preciso, es algo muy cercano a todos y por eso engancha y divierte.
La novela se estructura a golpe de historias inconexas que de alguna forma se adivina que van a encontrarse en un mismo punto. El grupo de historias tienen distintos tipos y focos, tal vez haya una abundancia de ellas, lo que lleva a que la novela tenga un tinte disparatado y divertido. Al final lo que nos va mostrando el autor es su visión del mundo que nos rodea, los diferentes biotipos que integran esas historias son un grupo heterogéneo de ciudadanos que bien pueden representar al conjunto. Si a esas historias, con algunos golpes, repito, de humor tremendos le sumamos una visión negra de la vida tenemos una novela que es mestiza, que toma de todos para crear algo nuevo.
El sustrato de la prosa de Juan Bas está en el día a día, en lo que se puede observar en nuestros barrios o en nuestros vecindarios. Después de leer la novela bien se puede afirmar, “España es así”, porque en el fondo lo es.
Historias muy de barrio se mezclan con ambientes familiares, políticas caídas en desgracia con delincuentes de largo historial, prostitutas con inmigrantes magrebíes que vuelven a Marruecos a pasar las vacaciones. La confluencia, palabra que sigue estando muy de moda, parece un elemento imposible pero que termina por aparecer aunque es administrada por el autor con suma elegancia y a manera de divertimento, jugando con la buena fe de los lectores y sorprendiéndonos.
En la contraportada se hace un recuento de los personajes cuyo punto en común es complicarse la vida, ¿pero acaso la vida no es complicada de por sí?
Si ya saben la respuesta entenderán perfectamente la novela, comprenderán que lo increíble es un elemento más de este transito por el mundo.
Tengo que reconocerlo, he disfrutado mucho. Me ha sorprendido la eficacia narradora del autor, la capacidad de contar historias con mucho tino y mantener siempre la claridad y sabérnosla mostrar.
No puedo salvo recomendar la novela. No hay muchas que nos den esa dosis de humor necesaria para disfrutar y para hacernos esbozar una sonrisa. Háganse un favor y compren la novela, después de la primera carcajada me lo agradecerán.
Pájaros quemadosJuan Bas
Alrevés
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