Teresa Suárez
Robin es un buscador de trufas que vive, alejado del mundo, en una zona salvaje de Oregón. Pero no está solo. A Robin lo acompaña su mejor amigo. Alguien con quien lo comparte todo: cama, gruñidos, falta de higiene y, como no, la comida, en cuya búsqueda colaboran, activamente, los dos.
Excepto una vez a la semana, cuando lo visita un ruidoso chico de ciudad, con el que practica el trueque, Robin y su amigo nunca reciben visitas. Solos ellos dos y el resto al otro lado.
Pero una aciaga noche…
Se despierta sobresaltado por los gritos de su amigo y, cuando intenta ir en su ayuda, recibe un fuerte golpe. Aturdido, con una brecha en la cabeza, antes de desmayarse alcanza a ver una furgoneta verde que escapa del lugar.
Cuando recupera el conocimiento, sin coche (solo dispone de un viejo vehículo que se niega arrancar), sin curarse las heridas, sin cambiarse de ropa y sin limpiarse la sangre, camina hasta un bar donde, tras pedir un teléfono, que casi le niegan por el miedito que da solo con verlo, llama al chico de ciudad, su único contacto con el mundo que dejó atrás hace tiempo, para que lo recoja y lleve a Portland, la ciudad a la que juró nunca volver.
A partir de aquí, Robin empieza a aporrear algunas puertas en busca de información sobre quienes o quienes han secuestrado a su amigo. Puertas que, invariablemente, una detrás de otra, se le cierran en la cara.
¿Qué le queda?
Pues a ver, ¡es Nicolás Cage!, así que toca ponerse duro.
Seguro que ya se están imaginando golpes, gritos, ira irracional, carreras y tiros, muchos tiros, ¿a qué sí?
Pues no.
Ni robar coches en 60 segundos para ir más deprisa. Ni persecuciones a Contrarreloj para salvar a su amigo. Ni furia implacable (Tokarev) para vengarse de sus secuestradores.
No.
Los recursos de Nicolas Cage en Pig, no son los habituales de Nicolas Cage en otras películas.
Este Robin nunca levanta la voz. Susurra tan bajo y tan ronco que casi es imposible entender lo que dice. En vez de moto se mueve en bici, y, lejos de echar llamas por la cabeza, cual Ghost Rider, para acojonar al personal, se limita a poner la otra mejilla para que lo golpeen, las veces que haga falta, en una especie de Club de la lucha secreto, con tal de obtener una dirección
De los conocimientos adquiridos en filmes como En tiempo de brujas y El aprendiz de brujo, ayudado por su prodigiosa memoria para recordar nombres, fechas y los ingredientes que utilizó para hechizarlos, le queda la capacidad de lograr fijar en la memoria, de quienes pasaron por sus manos, momentos de felicidad inolvidables.
Sí, porque el poder que tiene Robin, un prestigioso Chef que abandonó su exitosa carrera cuando falleció su esposa, reside en sus prodigiosas manos.
Dirigida por Michael Sarnoski, Pig es una historia de amistad interespecie.
Una oda a la tristeza, al duelo, a la resistencia a dejar marchar, pese a que ya se fueron hace tiempo, a los seres queridos.
Pig es un Master Chef cuyo planteamiento, aunque a veces pueda resultar algo ridículo, conmueve.
Con tintes de drama, thriller y aromas de alta cocina, Pig es una película lacónica, oscura y original.
Una opción interesante para pasar un rato entretenido.
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