Este libro ha sido publicitado como un éxito en toda regla, calificado como la mejor novela negra danesa de la década (2000-2010) por el Club de Lectura de Novela Negra de la Radiotelevisión estatal danesa, ahí es nada.
No sólo es una buena novela sino la mejor novela negra de una década.
No es por presumir pero uno tiene su aquel con los escritores daneses, desde los más conocidos como Adler-Olsen a la más ignota Inger Wolf y por lo tanto dicha afirmación me asombró y me decidió a comenzar la lectura de la novela. Pues el nivel en novela policíaca en Dinamarca es elevado. Pero todo tiene peros y uno de ellos era mi trayectoria lectora que ha abarcado un verdadero tour de force por la novela americana más clásica, desde Jim Thompson a James Ellroy pasando por Chester Himes.
Calificar esta novela de negra es engañar a los lectores. Así de sencillo. La afirmación de que es la mejor de la década en aquel país no puedo rebatirla pues mucho de lo que allí se publica no llega a nosotros, pero con solamente una lectura somera de cualquiera de los escritores norteamericanos, arriba señalados, nos hace descartar en todo momento que la publicación presente sea ni siquiera similar. Es como comparar un huevo a una castaña y me quedo corto. No tengo espacio para comparar ambos mundos pero asemejando a la escritora y a su trama, sería comparar un dinosaurio carnívoro, la novela negra americana, con una perdiz.
Dicha elección de marketing no puede menos que desagradar porque lo que se oculta tras la mala decisión de calificar a esta novela como negra, es en realidad una novela más que decente.
La escritora danesa tiene mañas, sabe crear personajes, algunos verdaderamente bien, es capaz de hablarnos de temas complejos sin que perdamos el interés, raciona la trama y los sucesos relacionados con ella de manera muy acertada y nos recrea un mundo muy propio. A cambio también tiene sus impedimentos, como la cantidad de personajes que introduce en la novela, algo excesivo, pero que maneja con mucha soltura.
La lectura es rápida y agradable, aunque le falte algo de mordiente pero consigue interesarnos. Nos hace partícipes de ciertos debates académicos tan bien narrados que ni con varios elixires alcohólicos hubiéramos imaginado que nos interesarían pero también da una sensación sobre los estudios superiores y sobre el concepto de ciencia que no acaban por terminar de ponerme de su parte, pero claro uno viene de otra formación, es decir, de otro mundo y todo es posible.
En resumen, una novela que tiene su interés, que es una mezcla de géneros, thriller, algo de policiaco, algo de suspense, pero que se aleja, desde la primera página, de cualquier acercamiento al género negro. Me asombra y me asusta que en estos momentos las editoriales punteras, como la editora de la presente obra, consideren semejante novela como algo negro, no sé a donde vamos a llegar. Que nos intenten vender este pollino sería más sencillo si antes hubieran retirado del mercado productos como los reseñados arriba y algunos más que me dejo en el tintero. Pero tras leer una buena novela negra americana, pongamos por ejemplo Ellroy, no se puede comparar, es absurdo, se hace daño a la presente obra y se ofende a los lectores al mismo tiempo que a los novatos se les confunde. Lo cual es algo ya sabido, luego cuando alguien que no conozca a esas bestias americanas, se encuentre un día uno de sus libros, abra la primera página, lea aquella barbaridad y exclame al cielo….esto es una novela negra, que a nadie le extrañe.
Las alas del dinosaurio
Sissel-Jo Gazan
Alfaguara
Estupenda reseña.
Aún has sido condescendiente; yo la estoy leyendo y se me está haciendo infumable por aquello de pedir peras y comer patatas. Si desde el principio hubiera sabido que eran patatas lo hubiera encarado con otro estado de ánimo y no me sentiría manipulado y estafado. Como bien dices si las editoriales, para vender, lo van a etiquetar todo con lo que dicte la moda del momento no me extraña que bajen las ventas: bastante caros resultan los libros como para malgastar.
A mí me ha ocurrido algo parecido con un libro de relatos de Petros Màrkaris titulado Balkan Blues; en la contraportada lo ponen como «nueve casos policíacos» y de policíacos solo tienen que aparece Jaritos en dos de ellos, en uno, para más inri, de refilón.
Eso sí, los relatos son muy buenos.
Me gustó mucho tu reseña.