¿Quién es “It”? – preguntas mientras clavo
en ti mi pupila azul.
¿Quién es “It”?, ¿y tú me lo preguntas?
“It” eres túúúúú…
Vale, vale, si Gustavo Adolfo Bécquer levantara la cabeza probablemente no le gustaría que empleara una de sus célebres rimas para presentar un clown, al que podríamos aplicar un sinfín de calificativos entre los que no cabría, me temo, el de romántico.
Su pelo naranja, el traje gris con volantes (pantalones cortos, chaqueta de cintura alta con tres coloridos pompones y gola), atuendo cuasi cervantino, y la nariz roja, convierten a Pennywise en un espeluznante y perturbador “muñeco chochón” del pasado que regresa al futuro, cada veintisiete años, para comerrrrr.
¿Lo más pavoroso? Sin duda alguna la cara. Unas amenazadoras líneas púrpuras cruzan las llameantes pupilas inyectadas en sangre, descienden por las mejillas y van a parar a la boca que, al curvarse en macabra sonrisa, deja entrever los amarillentos y afilados dientes que esperan ansiosos un trozo de tu carne.
La película de Andrés, Andy, Muschietti (¡que miedito da su Mamá!), está ambienta en los años 80 en la localidad de Derry (Maine), bajo cuyas calles, aparentemente tranquilas, habita una atroz criatura que, disfrazada de payaso, atormenta a los miembros de la comunidad desde el principio de los tiempos.
¿Qué es Eso? Una malévola presencia.
¿Qué quiere Eso? Asustarte.
¿Cómo actúa Eso? Absorbe tus miedos y te los devuelve en forma de espantosas pesadillas que cobran vida.
¿Consigue Eso su objetivo? No.
Anda, ¿y Eso?
Aspirante a película de terror, se queda en una simple historia de adolescentes, mitad Los Gonnies mitad El Club de los Cinco (en este caso la pandilla la forman siete), que, entre tres o cuatro sustos baratos, persiguen al payaso malo para redimirse de su condición de “pringaos” del típico instituto americano.
Al igual que la primera (dirigida por Tommy Lee Wallace en 1990), esta segunda It está basada en la novela del mismo título de Stephen King quien, a su vez, no tuvo que estrujarse mucho la mollera, ya que para el personaje central se basó en la vida y obra de John Wayne Gacy, alias Pogo, un payaso asesino muy real que, de 1972 a 1978, mató a 33 personas (entre jóvenes y niños), por lo cual fue condenado a muerte y ejecutado por inyección letal en 1994.
Nunca dejará de sorprenderme la atracción que sienten en Estados Unidos por los asesinos seriales. El número de libros, películas y canciones dedicadas a ellos indican que, aunque por razones distintas, comparten cartel con los primeros colonos, los padres fundadores de la patria, los pioneros que conquistaron el Far West, generales varios (Norte/Sur y II Guerra Mundial) y Presidentes del país de las barras y las estrellas.
¿Quién no ha oído hablar de Ted Bundy, Jeffrey Dahmer (conocido como El Carnicero de Milwaukee) o David Berkowitz también llamado El Hijo de Sam? Sobre Ed Gein, que forraba los muebles con la piel de sus víctimas, incluso circulan por la red chistes del tipo: “¿Sabes por qué Ed pone a tope la calefacción de su granja? Para evitar que a sus muebles se les ponga la piel de gallina“. Macabro, ¿no?
Cine, televisión, incluso la música, han convertido a estos auténticos monstruos en iconos de estilo. Un estilo “muy marcado” (nunca mejor dicho) y sangriento, pero estilo al fin y al cabo. En ocasiones, incluso, han contribuido a dotarlos de un aura de personaje atormentado que los hace irresistibles para los cientos de chalados y chaladas que pueblan el mundo.
La fascinación por el mal goza de muy buena salud.
Una prueba la tienen en que, allá por 2014, el octogenario Charles Mason estuvo a punto de casarse con la veinteañera Afton Elaine Burton, quien lo visitó durante siete años en la prisión estatal de Corcoran (California) donde cumple condena. Por suerte para ella, la boda no llegó a celebrarse.
Como dice el saber popular, “nunca falta un roto para un descosido”.
sin duda tu humor ácido y sincero ase de tu critica la mas entretenida. Y te doy la razón la maldad esta mas en subida que en bajada.
Me alegra haberte entretenido. nada como tomarse las cosas con humor para hacer la vida más llevadera.
Un saludo.
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