David Monthiel ha sido reconocido con el premio LH Confidencial 2019 con la novela Nuestra Señora de la Esperanza, la historia de un detective gaditano que tiene los rasgos más representativos de los personajes que investigan los crímenes y misterios patrios, no en vano es el considerado Carvalho gaditano.
Rafael Bechiarelli es un detective en horas bajas a punto de ser desahuciado de su propia oficina. Cuando recibe la visita de Esther Amberes, alcaldesa de Cádiz, solicitando que investigue de manera no oficial el asesinato del concejal de vivienda, Bechiarelli acepta el encargo a pesar de que sabe que la investigación le viene grande, pero no le queda otra.
No es un detective clásico, no está pegado al whisky, aunque no desprecia un copazo, un porro o algún que otro estimulante suministrado por medio de un billete, poderoso caballero… La ¿ventaja? que tiene vivir en una ciudad pequeña es que siempre se puede contar con la “Stasi local”, cuyos miembros dejarían en ridículo a los servicios secretos de la guerra fría. Preguntando aquí y allá, al primo de uno o al vecino del otro, Bechiarelli logra hacerse una casi fiable fotografía del ayuntamiento del cambio, incluyendo al concejal asesinado, a la alcaldesa y al ayudante que le han puesto para supervisarle.
David Monthiel vuelve a situar en Cádiz su novela. Si en Carne de Carnaval retrató los entresijos del carnaval gaditano y en Las niñas de Cádiz los secretos del verano en el sur, en Nuestra Señora de la Esperanza se enfrenta con la política local. Pero esta novela no es la historia de un problema regional. Desde luego, los entresijos políticos, las pasiones y los odios que levantan los políticos describen la situación de cualquier lugar español ahora mismo.
Bechiarelli no sería él mismo fuera de Cádiz, pero esta novela no es simplemente una novela costumbrista. El protagonista y el resto de los personajes son la esencia de Cadi Cadi, pero sus problemas y sus inquietudes son las mismas que las de un segoviano o un extremeño, aunque con más gracia, las cosas como son.
En Nuestra Señora de la Esperanza, David Monthiel desarrolla el funcionamiento de los gobiernos formados por los nuevos partidos, de una sociedad en la que la política ha llegado al nivel de fanatismo del fútbol, donde los líderes políticos se han convertido en los nuevos gurús y donde las corruptelas, las traiciones, los escándalos y la manipulación siguen rigiendo la vida de los pobres ciudadanos que procesionan esperanzados tras sus líderes.
En varios pasajes sale a relucir el mito de la diosa Astarté, diosa fenicia que fue venerada en Cádiz que representa la esperanza, la tierra, la fertilidad y que fue sustituida por las distintas advocaciones marianas, advocaciones que están siendo ya sustituidas por los nuevos mitos.
“…Tuvo la alocada idea de que algunos manifestantes estaban viendo procesionar a Nuestra Señora de la Esperanza, a la que rendían culto de diosa de fecundidad negociadora de la política. Una deidad a la que habían mostrado desnuda, como la Astarté del Purri”
¿La sociedad y la política están cambiando? No lo creo, pero yo también soy de los que se lo quieren creer, no me juzguéis y no perdamos la esperanza.
Nuestra Señora de la Esperanza David Monthiel Roca Editorial