«Vías muertas», de Susana López, por Ricardo Bosque

vias-muertas-9788415819202Ricardo Bosque

Creo que esta fue una de mis últimas lecturas de antes del verano, con la programación de reseñas en Calibre .38 para julio ya cerrada y un mes de agosto inhábil a efectos de subir nuevas publicaciones. Y como quiera que la novela me gustó, y mucho, no dudé en añadir un recordatorio en mi calendario de Google: en septiembre, sin falta, escribir una líneas sobre Vías muertas, de Susana López.

Y aquí están, cómo no.

Evidentemente, a poco que uno eche un ojo a la sinopsis de la novela, lo primero en lo que va a pensar es en Francisco Gracía Pavón, precursor del género policial en España, creador del subgénero «negrorural» y, por supuesto, padre de los inolvidables Plinio y don Lotario, policía municipal y veterinario respectivamente, manchegos ambos de Tomelloso y especialistas en desfacer entuertos y describir de paso la vida cotidiana en la España más provinciana de los años sesenta y setenta especialmente.

Porque dice la sinopsis que Vías muertas transcurre en el castellano pueblo de Ribajo, Segovia, y eso ya te lleva a pensar en García Pavón, claro. Y sí, tenemos costumbrismo rural en cada una de las esquinas del libro, con sus cotilleos, sus correveidiles, su cacique intocable, su cura guapetón, su comisario inepto y tan sumiso a la jerarquía social como déspota con sus subordinados…

Pero tenemos también un fantástico despliegue de personajes perfectamente dibujados, empezando por el protagonista, el policía Argimiro Pérez Jiménez y su peculiar sentido del humor siempre a flor de piel, su peculiar visión de la vida y de la suerte desde que, por azar, se libró de un atentado terrorista en el País Vasco y, de rebote, de su mujer, que se fue con otro…

Como igual de bien descrita está la ayudante que le caerá en desgracia, la sobrina del comisario Gámez, mujer fea, desgarbada -«los hombros caídos como una botella de Calisay», dice de ella Susana López, quien hace de las originales descripciones uno de los puntos más destacados de la novela- altiva e insoportable para quienes la rodean…

Y Daphne y Olvido, las mujeres muertas, dos generaciones diferentes y las verdaderas protagonistas de la historia por presencia y ausencia, pues los acertados saltos hacia adelante y atrás en la trama nos llevarán a conocer no solo los avances de la investigación sino sobre todo los motivos de su muerte y, por ende, el opresivo ambiente que la hizo inevitable.

Y García y Fuentes, los agentes que servirán de apoyo al inspector, tan diferentes entre sí y tan complementarios al mismo tiempo.

Si a tan buen plantel de personajes le añadimos una trama muy correcta, una narración firme, un exquisito uso del lenguaje y el acierto con que la autora nos aleja de los cotidianos escenarios urbanos tan propios de la novela negra o policíaca para acercarnos a otros menos habituales pero igualmente negros, el resultado es una novela francamente notable con la que cualquier aficionado al género disfrutará de principio a fin.

Yo lo hice antes de que empezase el verano y me he tenido que morder la lengua durante dos meses esperando a poder contarlo. Tú no tienes por qué esperar a leerla.

@ricardo_bosque

 

Vías muertas
Susana López
Sepha

Un comentario en “«Vías muertas», de Susana López, por Ricardo Bosque

  1. Buenos días.
    Según cuentas en la reseña, ésta novela es uno de los imprescindibles para los que disfrutamos con la novela negra, y si encima comparas a la escritora con un grande de nuestro pueblo como lo fue Don Francisco García Pavón… nos quedamos sin palabras. Muchas gracias y enhorabuena por esta reseña. Y como hemos dicho…. salimos en busca y captura de la novela. Un saludo

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